La revista científica Nature publicaba este miércoles un artículo que pronto se ha hecho eco en los medios de comunicación: “Se logra mantener vivos unos cerebros de cerdo fuera del cuerpo del animal, horas después de su muerte”. En él se describe el trabajo realizado por un grupo de investigación norteamericano, con importantes consecuencias éticas para la política de reanimación de hospitales.

Podría ayudar a pacientes que hayan sufrido una parada cardíaca

El grupo de la Universidad de Yale (EE.UU.) desarrolló un sistema de perfusión sintética y extracorporal que permite salvar el tejido muerto de anoxia, edema y muerte metabólica.

Estos son procesos típicos que suceden cuando deja de llegar sangre al cerebro, en situaciones de parada cardíaca, problema que sufren miles de pacientes anualmente. Su sistema de perfusión artificial les permitió mantener y recuperar la función de los cerebros de 32 cerdos previamente decapitados, cuatro horas después de su muerte y tras seis horas de perfusión sanguínea. Dicha perfusión proporcionaba al tejido oxígeno y nutrientes, capaces de alargar durante unas horas funciones básicas de viabilidad celular.

Aunque globalmente no se pudo restaurar la actividad cerebral de los animales, a nivel celular y molecular sí se observaron mejoras: la preservación de la citoarquitectura neuronal, una disminución de la muerte celular y la restauración de la dilatación vascular y respuesta inflamatoria de la glia.

Estas mejoras celulares son imprescindibles para plantearse alargar la viabilidad de pacientes que sufran una parada cardíaca y consecuentemente muerte cerebral.

Estos avances ofrecen la posibilidad de preservar en un futuro el tejido cerebral tras la falta de flujo sanguíneo que produce el paro cardíaco. Aunque los resultados son preliminares, y una recuperación de la actividad cerebral normal parece aún lejana, estos resultados confirman que la reanimación cerebral puede ser posible hasta cuatro horas después del paro circulatorio, a diferencia de los ocho a diez minutos que se suelen asumir.

La ética y los límites entre la vida y la muerte

Los resultados descritos por el Dr. Sestan y su equipo plantean preguntas filosóficas y éticas sobre los límites entre vida y muerte, cuyas definiciones médicas guían los protocolos de reanimación de pacientes y el trasplante de órganos. Es posible que en un futuro no muy lejano debamos replantearnos una reforma de la legislación que guía estos procesos rutinarios en hospitales.

Sin embargo, primero se deben confirmar los resultados preliminares descritos e intentar preservar la conectividad global del cerebro. En cualquier caso, no cabe duda de que estos avances son prometedores y plantean cuestiones éticas importantes a revisar.