Existen mujeres que bien pueden decir que el llanto y ellas se sienten muy bien juntas pues son tan inexplicablemente lloronas que casi se parecen al resto de las mujeres del mundo. Y por qué digo mujeres… porque se ha comprobado científicamente que las damas lloran más que los hombres. Sí es verdad que se debe a los cambios hormonales, a que somos más sentimentales, más sensibles… incontrolablemente sensibles. No es lo mismo que a un hombre lo deje una novia por otro, a que a una Mujer se pelee con una amiga… lo de la amiga es más grave… al menos así lo vemos nosotras… y ¡digan que no!

Vingerhoets, una psicóloga clínica de la Universidad de Tilburg y autora del libro, ¿Por qué los humanos lloramos?: desentrañando los misterios de las lágrimas; es también una de los pocas investigadoras que hay actualmente y que estudian las lágrimas emocionales - las que son provocadas por los sentimientos, y no por cortar cebollas.

Su investigación sugiere no se trata de un estereotipo predeterminado, sino que las mujeres de verdad lloran de 30 a 64 veces al año, mientras que los hombres lloran sólo 6 a 17 veces por año. (O al menos eso es lo que ellos dicen, pues gran parte de su investigación se basa en las confesiones de los hombres luego de una entrevista, lo que significa que ellos podrían falsear información).

Aunque por supuesto que es más fácil ver llorando a una chica en cada rincón, que a un chico…

Vingerhoets estudió también la media de duración de un llanto. La psicóloga encuestó a más de 5.000 adultos jóvenes de unas tres docenas de países, y encontró que las mujeres dicen que generalmente lloran durante seis minutos seguidos, en promedio; los hombres, por el contrario, confesaron que lloran unos dos o tres minutos en promedio.

Podemos intuir que los hombres lloran menos a menudo que las mujeres, debido al condicionamiento social; y como a las mujeres eso no nos importa tanto, lloramos a destajo.

¡Pero no todo es por drama! Científicamente se ha comprobado que el cuerpo femenino produce mucho más prolactina que el hombre pues aunque ellos también la tienen, es una hormona que estimula en la mujer la formación de calostro y caseína para la lactancia materna, hasta cuando no estamos amamantando. Cuando esta hormona está activa en los centros nerviosos que controlan la afectividad, las mujeres tienen más tendencia que los hombres a demostrar sus sentimientos y, claro, a llorar más.