La primera vez que alguien propuso en serio un trasplante de cabeza en seres humanos fue en 2013. Sergio Canavero, del Grupo Avanzado de Neuromodulación de Turín quería ampliar la esperanza de vida de las personas que padecen alguna degeneración muscular o nerviosa.

Y el momento parece haber llegado. Este año está previsto que Canavero haga saber que su idea será posible en 2017. Según informa la revista New Scientist, el anuncio tendrá lugar en junio, en la Conferencia Anual de la Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos y Neurocirujanos.

Desde hace décadas, se han realizado trasplantes de cabeza en animales, logrando que éstos vivieran durante días con respiración asistida, pues no existía técnica alguna para conectar su espina dorsal al cuerpo receptor.

Canavero afirma que tal dificultad técnica se puede acometer por fin con éxito. Así lo hace saber en un artículo publicado en el Surg Neurol Int de este mes, titulado "The Gemini spinal cord fusión protocol: Reloaded".

El proceso consiste en unir la parte de la espina dorsal del paciente que permanece conectada a la cabeza, tras ser separada mediante un corte limpio, con la parte de la espina dorsal que queda en el cuerpo receptor, utilizando polietilenglicol, o macrogol, un políeter de amplio uso industrial.

Este producto químico funde las dos espinas como se funden dos espaguetis en agua hirviendo.

Tras esto, los cirujanos procederán a suturar los músculos y conductos sanguíneos y mantendrán al paciente en coma inducido durante tres o cuatro semanas para evitar todo movimiento. Unos electrodos implantados en la espina dorsal deberían estimular la creación de nuevas conexiones nerviosas que fortalezcan y consoliden la operación.

Según Canavero, el paciente debería poder comenzar a caminar en un año, si bien será capaz de hablar y mover la cabeza desde el primer momento.

Las ideas de Canavero son el motivo de una larga discusión entre quienes le apoyan y quienes creen que el procedimiento está muy verde todavía. Y no sólo desde el punto de vista técnico, sino también desde una perspectiva ética de cara a la opinión pública.

De hecho, como afirma Canavero a la colaboradora de New Scientist, Helen Thomson, "es por eso por lo que ya comencé a hablar hace dos años, para que la gente hable de ello".