Quienes elijan este verano las playas de Mallorca, Menorca, Ibiza o Formentera para disfrutar de sus merecidas vacaciones van a tener que sumar unos euros a su presupuesto de viaje, porque el nuevo gobierno regional de Baleares ha decidido implantar una tasa turística (más conocida en las islas como "ecotasa"),ya en vigor desde el 1 de julio.

Se trata de la recuperación deun impuesto que ya se aplicó en Balearesde 2002 a 2003 durante la etapa final de gobierno del llamado "Pacte de Progrés" y que, igual que ahora, suscitó entonces tantos apoyos como rechazos.La denominación oficial actual es la de "impuesto de turismo sostenible"y el dinero que se recaude con él se destinará a la promoción turística de las islas pero también a proyectos medioambientales y sociales aún por determinar.

Voces en contra

Precisamente es esa incógnita sobreel destino final del dinero recaudadouno de los dos grandes argumentos en contra esgrimidos por los detractores de la ecotasa. El segundo,enarbolado por el poderoso lobby hotelero balear y refrendado por el PP balear, es el supuesto daño que esta medida podría causar al sector turístico, base de la economía de las islas. Dicho con otras palabras: existe el temor de que este sobrecoste pueda ahuyentar a los visitantes o animarles a elegir otro destino de vacaciones.

No es un temor infundado, pues la prensa sensacionalista británica ya se ha hecho eco de la noticia descargando toda su artillería contra la medida, que consideran un engaño al turista.

Este es un reproche en el que casi todo el mundo coincide, incluidos muchos partidarios del impuesto turístico: la precipitación con la que se ha tramitado su implantación,ignorando deliberadamenteque mucha gente reservó y pagó sus vacaciones sin sospechar que tendrían que pagar aún un pequeño extra.

¿Cuánto y cómo se paga?

Pero toda esta controversia interesa muy poco o nada a la mayoría de los turistas que van a viajar a las islas este verano.

Lo que realmente quieren saber es cuánto y cómo se les va a cobrar por su estancia.

El importe a pagar, que se debe abonar en el hotel (o en el barcoen el caso de los que hagan escala en alguno de los puertos de las islas durante su crucero) varía según la época del año en que se viaje y el alojamiento elegido. La cuota diaria va desde los 0,25 € por persona y noche en campings y hostales hasta los 2 €, también por persona y día, para quienes se hospeden hoteles de cuatro y cinco estrellas.

En temporada baja y en caso de estancias superiores a 20 días la cantidad se reduce a la mitad. Los menores de 16 años están exentos de pago.

El Govern Balear espera recaudar entre 40 y 50 millones anuales de euros por este tributo. El supuesto impacto negativo sobre el turismo sólo se podrá constatar (o no) con el tiempo.