El circo, ese lugar donde miles de niños acuden con la intención de pasar un rato de diversión junto a sus familias. Un mundo de fantasía donde acróbatas, payasos e ilusionistas, teletransportan al espectador, a un país lleno de luz y color. Ahora bien, alejado de esta idílica visión de lo que a simple vista es, un inocente y placentero espectáculo, existe un circo que dista mucho de lo anteriormente descrito, un circo grotesco, y no por su apariencia, sino por las repulsivas ideas de aquellos que lo dirigen.

El circo de Parade-Allee, es conocido en toda Rusia, pero no precisamente por ser el que mejores espectáculos ofrece a los más pequeños, sino todo lo contrario.

Si eres de aquellas personas que como yo, adoran a los amigos de cuatro patas, es probable que este artículo te resulte un tanto desagradable.

Un día cualquiera de espectáculo infantil, se convirtió en un auténtico infierno cuando unos humoristas del circo Parade-Allee, decidieron regalar a los más pequeños unos hámsters. Hasta aquí, puede que parezca una idea inofensiva e incluso bondadosa, pero no, la cosa no queda aquí. Para llevar a cabo la entrega de los presentes, los humoristas, tuvieron la “genial” idea de introducir los hámsters en tarros de cristal y atar dichos tarros a globos hinchados con helio para que fueran volando hacia el público.

Como ya os podéis imaginar, no fueron pocos los globos que explotaron y que a su vez, hicieron estallar el tarro en mil pedazos.

Decenas de hámsters abiertos en canal y descuartizados cayeron sobre las cabezas de los más pequeños. Los niños gritaban de miedo, lloraban, mientras los padres enfurecidos pedían explicaciones y responsabilidades a la dirección del circo.

Fue tal el eco de esta noticia, que el circo Parade-Allee, desde entonces, realiza todo tipo de espectáculos grotescos con pequeños roedores.

Aquellos que asisten, seguramente movidos por el morbo y por la intriga de lo que va a suceder, todos ellos, salen de algún modo con las “tripas revueltas”.

¿Sigues pensando que el circo es el paraíso de los niños?