El santuario de Göbekli Tepe, situado en una colina cercana a la ciudad turca de Sanliurfa, fue construido en la Edad de Piedra por una civilización desconocida, cuya tecnología era más avanzada que civilizaciones posteriores como la mesopotámica, la minoica o la maya. Este templo fue construido antes de que existiera la escritura, la rueda o la cerámica.
Göbekli Tepesignfica en turco "colina panzuda", y el lugar donde se asienta ha sido considerado por los antiguos como un enclave sagrado. Fue hallado en el año 1995 por el arqueólogo alemán Klaus Schmidt y, desde entonces, ha estado trabajando en este yacimiento.
Schmidt encontró en la colina unos enormes pilares de piedra con formas singulares y supuso que aquello solamente era una parte del yacimiento, por lo que utilizó un georadar alrededor de un área de 90.000 metros cuadrados (unos 20 campos de fútbol). El arqueólogo descubrió que la extensión del templo era de 300x300, un recinto gigantesco. A día de hoy, han sido desenterrados cinco círculos enormes de piedras reforzados por grandes pilares en forma de T, situándose en el medio del círculo dos monolitos colosales de 5 metros de altura. No se conoce otro recinto con características similares en todo el mundo.
Los pilares colosalesposeen unas sorprendentes tallas que son auténticas obras maestras y que demuestran que no son simples monolitos. Las representaciones talladas demuestran una gran tradición artística por la complejidad y calidad de éstas.
Llama la atención un altorrelieve que representa lo que parece un leopardo, que significaría que la figura es uno de los "guardianes" de las piedras colosales. Las figuras tridimensionales suelen ser de animales. También existen figuras humanas estilizadas a gran tamaño, pero que representan un plano espiritual (según Schmidt) al ser antropomorfas; quizá sean los primeros dioses que representó el ser humano...
Göbekli Tepe ha asombrado a la comunidad científica, que pensaba que la sociedad era demasiado primitiva para erigir una construcción de tal envergadura. Se desconoce la civilización que llevó a cabo esta compleja empresa, así como el por qué se construyó y para qué servía.
Restos de animales, como huesos de gacela o jabalí entre otros, han ayudado a datar el santuario, que habría sido construido hace 12.000 años.
Eran animales salvajes, por lo que los constructores de Göbekli Tepe serían cazadores pertenecientes a una sociedad preagrícola. Siempre se ha considerado que las sociedades agrícolas eran las únicas capaces de levantar grandes edificios, como los mesopotámicos o los egipcios, que surgirían miles de años después.
Una de las pruebas que sobresalen para demostrar la antigüedad del conjunto es la representación que existe en las moles de piedra del uro euroasiático, un bovino prehistórico similar al toro que se extinguió durante el período de la construcción del templo debido a la presión humana.
Por todas estas cuestiones Göbekli Tepe cambiaría la concepción del hombre primitivo.