El gobierno alemán quiere hacer válido eso de que el Arte es la mejor forma de conocer una visión del mundo, en este caso, la más espeluznante y perversa de su historia. Procesar el pasado nazi sigue siendo un gran caballo de batalla del país teutón para concienciar a la sociedad. En esa empresa, su ministra de cultura, Monika Grütters, no quiere perder la oportunidad de “lidiar con el Nazismo” utilizando las dos esculturas ecuestres de 3 metros creadas para el deleite de Adolf Hitler, que fueron recuperadas el pasado mes de mayo en el mercado negro.

Su historia es digna de conocer. Arno Breker (1889-1952), el escultor más importante del Nazismo, las diseñó como símbolo de fuerza y poder del Tercer Reich, para que el dictador las contemplara por la ventana de su despacho en la Cancillería. Sin embargo, apenas las disfrutó. Lossaqueos a judíos y a varios museos europeosrecibieron su particular revancha y, tras los bombardeos a la capital germana, las figuras acabaron pasando a manos del ejército soviético, y ubicadas, con gran descuido, como decoración en un campo de deportes en la localidad de Eberwalde. En 1989 desaparecieron sin más, hasta que la policía dio con ellas en un almacén de Bad Dürkheim, Renania Palatinado, en unas condiciones pésimas, pintadas y con agujeros de bala.

Aunque no hay nada confirmado, recientemente se ha sabido que el ejecutivo alemán está en contacto con la Fundación “Topographie des Terrors” y el Museo Histórico Alemán de Berlín, con la idea de incorporar el conjunto escultórico a una exposición sobre la Wilhelmstrasse, lugar donde se encontraba la Cancillería. Según Grütters, “mostrará de una forma crítica el papel que jugó el arte durante el Tercer Reich”.

Por otro lado, ante algunas suspicacias sobre la hipotética presencia masiva de neonazis a la exposición, desde la portavocía de la Fundación “Topographie des Terrors”, una de las instituciones culturales más visitadas de Berlín, se ha afirmado que éstos no están interesados en el arte ni en la cultura. Por lo que no existe una gran preocupación al respecto.

De esta manera, el vínculo entre Hitler y el arte sigue dando que hablar. Sin ir más lejos, en junio de este año el foco volvió a centrarse en este tema, tras conocer la escalofriante cifra que se recaudó por obras subastadas del líder nazi (391.000 euros), consideradas por varios historiadores como mediocres.