Eva y Julio se casaron en un peculiar mundo virtual, creado y totalmente personalizado para esta pareja de novios de la localidad pontevedresa de Arcade. El evento fue creado por la firma 100% gallega BrunSantervás, especializada en fotografía y vídeo de bodas.

La primera boda en el metaverso en España tuvo lugar el pasado 20 de noviembre

La mayoría de parejas que deciden darse el ‘sí, quiero’ tratan de realizar una celebración completamente diferente, que sea una novedad en esta clase de eventos. Es complicado acertar en la decoración, en el lugar o en los detalles.

En los últimos años se han puesto de moda colocar un fotomatón para que los presentes se lo pasen bien y se encuentran entre los ‘extras’ con más demanda en las bodas. Pero también la zona de baile, el toro mecánico o, incluso, un pinball. Pero la firma gallega BrunSantervás ha querido dar un paso más adelante y ha apostado por crear un mundo paralelo en el que, a partir de ahora, muchas parejas querrán celebrar su enlace.

La empresa decidió poner en marcha este proyecto y ofrecer un nuevo servicio a los novios que quieran una boda diferente: una experiencia personalizada en el metaverso. Así, Julio y Eva han pasado a la historia por ser la primera pareja de novios en España que ha llevado a cabo una boda en el metaverso, en el mundo virtual.

El enlace tuvo lugar el pasado domingo 20 de noviembre, aunque los novios ya habían formalizado su relación este mismo verano y no quisieron dejar pasar esta opción para vivir una experiencia completamente diferente.

Los invitados de la primera boda en el metaverso en España tenían que crear su propio avatar

Julio ha contado que su experiencia ha sido mucho más sencilla de lo que parece: “Simplificándolo mucho, es como casarse dentro de un videojuego”.

La empresa se encargó de todo y creó un entorno virtual que estaba adaptado a las inquietudes y a los gustos de los novios. Tras crear este nuevo mundo para la pareja y sus distintos invitados, el resto fue mucho más simple: “Fue como una boda tradicional, pero en un mundo virtual creado para ellos”.

La boda se organizó de manera que los primeros en llegar fueron los invitados, después fue la llegada de los novios y un amigo fue el encargado de oficializarla.

Para poder entrar en este mundo virtual, la mencionada compañía envió un enlace a la pareja que, después, se lo mandaban a los invitados.

Lo único que éstos debían hacer era crear su propio avatar para formar parte del evento. Para la novia fue una experiencia mucho más divertida que en una boda presencial, pues es más desenfadada. Allí, en el mundo virtual, se pueden hacer más bromas y juegos en un entorno que está personalizado. Para los novios ha sido el broche final de un momento de su vida muy bonito.