La compañía Boeing se ha asociado con el Instituto de Tecnología de Massachusetts para establecer un centro de investigación de la empresa en Plaza de Kendall de Cambridge.
El Centro Aeroespacial y de Autonomía de Boeing (NYSE: BA) abarcará 100,000 pies cuadrados. El centro estará atendido por la filial de Boeing Aurora Flight Sciences Corp., una empresa con sede en Virginia que Boeing adquirió el pasado otoño, y se centrará en el desarrollo de tecnologías de vuelo y de transporte autónomas, como los taxis o vuelos de carga de mercancías. La empresa también anunció recientemente que lanzará un nuevo grupo empresarial, Boeing NeXt, para impulsar la investigación y el desarrollo y la inversión en vuelos autónomos y propulsión avanzada.
Boeing entra a la carrera
Los constructores de aviones históricos no pretenden perderse. Si Airbus ya tiene varios proyectos en las cajas, incluyendo un concepto de drones de transporte autónomo codesarrollado con Audi, Boeing era una marca perdida. El gigante estadounidense intenta remediar esto anunciando la apertura de una nueva oficina de investigación y desarrollo con sede en Boston, que se centrará en el diseño y la construcción de aviones autónomos.
La inversión de Boeing sigue a la creación de Boeing Next, la organización interna que unió investigadores y proyectos en la empresa, incluido el desarrollo de un sistema de gestión del espacio aéreo de última generación para permitir la coexistencia de vehículos aéreos pilotados y autónomos.
Boeing no es el único que trabaja en vehículos voladores que transportan pasajeros. Rolls-Royce tiene planes para crear un taxi volador para cuatro a cinco pasajeros y Airbus está trabajando en la creación de una red de transporte aéreo que incluya taxis aéreos sin piloto.
Acelerar el desarrollo y la circulación
Por supuesto, todavía hay un largo camino por recorrer antes de ver cómo los automóviles voladores o los drones de transporte personal se vuelven parte del paisaje urbano.
Las regulaciones internacionales aún no permiten la circulación de vehículos semiautónomos cuyo pilotaje no requiere una licencia específica.
Por el momento, el uso de estos dispositivos está prohibido en los Estados Unidos, así como en casi cualquier otro lugar del mundo. Al interesarse de cerca en el desarrollo de estas máquinas, Boeing espera acelerar el proceso de establecer regulaciones nuevas y adaptadas.