En Valencia la Policía Nacional ha desarticulado una red que vendía cadáveres de hospitales y residencias a las universidades. La organización criminal comercializaba a 1.200 euros cada cuerpo. Por eso, los investigadores llegaron a facturar 5.040 euros a un centro de educación universitaria por una transacción relacionada con la incineración de 11 cadáveres tras ser estudiados. Mediante su perfil en la red social X, el instituto armado confirmó el operativo contra el entramado criminal.

Los agentes llevaban varios meses investigando la red

La Policía Nacional comenzó a investigar a la red desde inicios del año pasado después de que unas personas intentaran retirar un cuerpo de una morgue de forma irregular.

Una supuesta funeraria habría falsificado una documentación facilitada al Registro Civil para llevarse el cadáver.

Los investigadores descubrieron que dos empleados de una funeraria se apoderaron del cadáver y posteriormente lo trasladaron a una universidad tras haber sido vendido por casi 1.200 euros. El cuerpo tenía que haber sido enterrado en un sepelio de beneficencia que fue abonado por un Ayuntamiento valenciano.

La red también se apoderaba de los cuerpos de fallecidos en residencias

Los policías en Valencia también averiguaron que un cadáver de un hombre con deterioro cognitivo que se encontraba en una residencia de ancianos había sido trasladado a una universidad. Según ha trascendido, el fallecido habría autorizado la donación de su cuerpo tres días antes de su muerte.

Los empleados de la funeraria presuntamente consiguieron que el personal sanitario cambiara el destino de los restos mortales mediante engaño.

En un primer momento, la donación del cadáver había sido firmada a una facultad de medicina de una universidad en Valencia. Sin embargo, el cuerpo fue trasladado a otra porque pagaban más dinero.

Los investigados actuaban mediante una maniobra para evitar que los familiares de los fallecidos los denunciaran.

La red buscaba fallecidos que no tuvieran familiares

Según la Policía Nacional, la red buscaba fallecidos que no tuvieran familiares, que fueran extranjeros o que hubieran estado en condiciones precarias. Los investigadores descubrieron que los procesados aprovechaban la disección de los cuerpos en las universidades para introducirlos en los ataúdes de otros fallecidos para llevar a cabo una sola incineración.

Los investigadores llevaban a cabo la maniobra para incinerar varios cuerpos en un solo ataúd con el fin de ahorrar el dinero y garantizar una mayor ganancia para el entramado criminal.

Ahora los agentes de la Policía Nacional arrestaron a los responsables de la funeraria y a dos empleados de la empresa en Valencia. Los detenidos han sido puestos a la autoridad judicial tras ser acusados de un presunto delito de estafa.