Un cura de Málaga, de 34 años de edad, ha sido detenido por sospecha de abusar de cinco mujeres adultas a las que previamente sedaba para poder grabarlas mientras realizaba todo tipo de prácticas íntimas. Todas ellas pertenecían a su círculo de amistades y no recordaban ni sabían nada de lo sucedido, puesto que él presuntamente las dejaba en un estado de inconsciencia.

El cura de Málaga tenía todo en un disco duro

Según la Policía Nacional, tras agredirlas íntimamente y grabarlas, el cura de Málaga guardaba todo en su disco duro. La policía afirmó que el acusado se aprovechaba de su condición de sacerdote para cometer los hechos y que las agresiones se repitieron durante años, en varios de sus viajes, que se repartían por las zonas de Córdoba, Madrid y Málaga.

Los agentes no descartan la posibilidad de que haya más víctimas en estos lugares.

El detenido ya ha ingresado en prisión, siendo acusado de cuatro probables agresiones íntimas bajo sumisión química y cinco delitos contra la intimidad. Al aparecer la noticia de lo sucedido con el cura de Málaga, la Diócesis de Málaga se ha pronunciado, comentando que siente profundamente el daño que la situación ha causado.

El cura de Málaga fue denunciado por su pareja

La denuncia contra el presunto agresor la interpuso su pareja, una mujer con la que convivía en un piso de Melilla. Ella acudió a la Unidad de Familia y Atención a la Mujer de la misma ciudad, en el mes de julio. Decidió poner la denuncia porque encontró un disco duro en el apartamento donde estaban viviendo, dando con el contenido íntimo, en donde el cura de Málaga llegó a esconder todo tipo de fotografías y vídeos, en las que supuestamente realizaba todo tipo de prácticas íntimas a varias mujeres.

Ellas aparecían semidesnudas y todas estaban dormidas completamente bajo los efectos de algún sedante, según las informaciones policiales. Al darse cuenta de que podía ser un acto no consentido por la actitud de ellas, la mujer realizó una copia de los archivos.

La Diócesis de Málaga la animó a denunciar

La joven llevó la información a la Diócesis de Málaga, en donde la animaron a realizar la denuncia, trasladando al cura de Málaga a los municipios de El Burgo y la Yunquera.

La Diócesis exculpó al sacerdote alegando motivos de salud por el traslado. El hombre alquiló un piso a más de 100 kilómetros de distancia de estos pueblos.

La novia del cura en Málaga aportó todo el material a la policía. Tras esto, la UFAM analizo todas las imágenes y los vídeos, identificando al sacerdote en todas ellas y a 5 mujeres.

Cuando los agentes le preguntaron a todas ellas si recordaban algo de lo sucedido, ellas no fueron capaces de hacer memoria. Todavía no se sabe qué tipo de sustancia utilizaba el cura, no pudiendo acudir al análisis clínico de las víctimas, por todo el tiempo que ha pasado.

Ellas solo eran capaces de recordar la fecha o el lugar, pero no el momento de la agresión, lo cual hace más difícil la investigación de los hechos. Los agentes de policía reconocieron que "solo él tenía conocimiento de lo que hacía". Ellos han podido averiguar que los supuestos ataques se realizaron de manera continuada desde el 2017 al 2019 en varios lugares, conociendo a sus amistades en campamentos religiosos.

Los vídeos serían para autoconsumo

A principios de septiembre los agentes policiales realizaron un dispositivo para capturarlo, siendo detenido de manera oficial el día 11 de septiembre, después de oficiar una misa en los municipios que tenía asignados. El cura de Málaga fue puesto a disposición judicial y ha ingresado en prisión preventiva. Según la policía, el material parecía ser para autoconsumo y no detectaron ninguna indecencia con menores en ellos.