Shamira perdió la vida el pasado jueves tras caerle encima una palmera en El Raval (Barcelona). La joven de 20 años decidió visitar una asociación para mujeres trans llamada Metzineres para que le hicieran un peinado de trenzas. Sin embargo, la víctima decidió interrumpir las labores en su cabello para salir a airearse, concretamente cuando se encontraba en la plaza Emili Vendrell, una palmera le cayó en la cabeza y falleció en el acto. El incidente conmocionó a los vecinos del barrio barcelonés.

La joven terminó durmiendo en un parque

La historia de la catalana fue complicada.

La madre de Shamira perdió la custodia cuando era muy joven y su padre se marchó. Por eso, la joven terminó viviendo con sus abuelos maternos y dos hermanastros. Sin embargo, la víctima sufrió problemas y tuvo que ser hospitalizada en un centro de salud mental especializado, aunque terminó en la calle y durmiendo en el parque Joan Miró. Carlos, su abuelo, confirmó que la joven había tenido una vida muy complicada.

La fallecida habitualmente visitaba Metzineres, una asociación de mujeres trans en la calle Luna. El local se encuentra muy cerca de la plaza donde Shamira perdió la vida. Noa, una de sus amigas, dijo que estaban a punto de ingresar a la joven en una unidad de psiquiatría porque llevaba mucho tiempo deprimida.

Noa explicó que las discusiones con su pareja y el consumo de sustancias ilícitas afectaban la vida de Shamira. La amiga dijo que la joven estaba atravesando por un momento complicado como consecuencia de una “vida perra”.

El abuelo de Shamira afirmó que la joven había mejorado mucho durante el período que estuvo ingresada en un centro de salud.

No obstante, remarcó que la víctima no se tomaba los medicamentos, algo que provocaba discusiones con su entorno familiar. También comentó que los hermanastros de Shamira habían estudiado y tenían “relaciones sólidas”. En ese sentido, sostuvo que la fallecida siempre había sufrido problemas de salud mental que le impidieron salir adelante.

La catalana iba a cambiar su nombre

Por otro lado, Noa explicó que Shamira no era nombre real de la joven de 20 años. Incluso dijo que la mejor amiga de la víctima la había bautizado así y que a ella le gustaba porque tenía “un aire árabe”. Según ha trascendido, la joven tenía previsto cambiar oficialmente su nombre. Actualmente Shamira se reunía con otras jóvenes trans para dormir en el parque Joan Miró o en Montjuïc. Noa aprovechó para comentar que durante su última charla con la joven le dijo que redujera su consumo de sustancias ilícitas y que ingresara en una unidad de de salud para mejorar.