Un padre ha sido acusado de dejar ciego a su bebé de apenas cuatro meses, entre otras lesiones irreparables. Este le golpeó y le zarandeó porque el pequeño no paraba de llorar. Aparte de la ceguera también le ha provocado a su hijo graves secuelas neurológicas de las que difícilmente podrá recuperarse.

El padre de 41 años habría pegado al bebé porque este no paraba de llorar

Los hechos han tenido lugar en Zaragoza. Un hombre de 41 años propinó una paliza a su bebé de cuatro meses porque este no paraba de llorar y, por tanto, no le dejaba dormir.

Es así que le comenzó a golpear y a zarandear, con un resultado trágico. El pequeño ha quedado ciego, concretamente ha perdido la visión completa del ojo derecho, mientras que en el ojo izquierdo también se ha quedado sin ella en una proporción bastante elevada. Eso y que, producto de las lesiones causadas por su progenitor, el bebé sufre graves secuelas neurológicas. En ese sentido, sufre un retroceso psicomotor y madurativo. Es así que padece el conocido como "síndrome del lactante zarandeado" y cuenta con un 81% de discapacidad, entre otras lesiones. Incluso recibe atención por parte de la ONCE y en Disminuidos Físicos de Aragón. Los médicos, por su parte, no saben cómo evolucionará a medida que vaya avanzando en edad.

Fue la abuela quien detectó las lesiones de su nieto de cuatro meses

Cuando tuvo lugar el suceso el padre vivía con la que ahora es su expareja, quien es a su vez la madre tanto del hijo de cuatro meses que tienen ambos, como de otro de nueve años que tiene la mujer de otra pareja anterior. Se ha podido saber que el hombre de 41 años trabajaba como repartidor de pan e iniciaba su jornada a las cinco de la madrugada.

Mientras ambos progenitores trabajaban, era la abuela materna quien se encargaba del cuidado del pequeño. Al parecer, al no poder descansar antes de ir a su jornada laboral, el padre propinó la paliza a su hijo. Fue la propia abuela quien detectó las lesiones que sufría su nieto.

El acusado se enfrenta a una pena entre seis y 12 años de prisión

Cuando la madre se enteró de lo ocurrido quiso llevar al médico al bebé de cuatro meses, a pesar de que su pareja se negaba. Esta, cuando se percató de lo ocurrido realmente, dijo al hombre de 41 años que se marchara de casa. Posteriormente fue detenido y tras pasar a disposición judicial fue puesto en libertad con la condición de no acercarse a su hijo. Ahora, a causa de lo sucedido en Zaragoza, el padre ha sido procesado y en la vista en los juzgados se ha acogido a su derecho a no declarar. El acusado se puede enfrentar a una pena de seis a 12 años de prisión por las lesiones graves que ha provocado en el pequeño, entre ellas la ceguera y las secuelas neurológicas irreparables.