El barrendero fallecido por un golpe de calor en Madrid trabajaba por las mañanas, pero había cambiado su turno con uno de sus compañeros de trabajo de la tarde. El hijo del trabajador ha confirmado que las altas temperaturas eran motivo de preocupación, aunque el familiar reconoce que su progenitor quería demostrar su compromiso para así conseguir una renovación de su contrato firmado por un mes.
El hijo del barrendero ha revelado que su padre les decía en su casa que las altas temperaturas en su trabajo ni siquiera le permitían poder hablar. Por eso el operario lo primero que hacia al llegar a su vivienda era bañarse en la piscina de la urbanización para poder refrescarse.
El hijo del operario insta al alcalde de Madrid a asumir las responsabilidades por este episodio
Tanto el alcalde de la ciudad de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, como la empresa Urbaser debe asumir las responsabilidades por el episodio donde el operario perdió la vida según el hijo del trabajador. El joven ha comentado que nadie más tendría que pasar por una situación como la que ha atravesado su familia.
El familiar del operario espera que el incidente con su padre haga reflexionar sobre las condiciones de trabajo durante la temporada de verano y la ola de calor que atraviesa el país. El hijo del barrendero comentó que la última búsqueda que hizo su padre en internet fue: “Qué hacer ante un golpe de calor”.
Cabe recordar que el operario de 60 años sufrió el golpe de calor mientras limpiaba una calle de Vallecas en Madrid. La temperatura del barrendero superaba los 41 grados y tras ser ingresado a un centro de salud murió a los pocos minutos tras sufrir un infarto. Ahora su hija pide a las autoridades asumir sus responsabilidades por el incidente.
El último encuentro del barrendero con su hijo
La última vez que el barrendero vio a su hijo fue durante la mañana del viernes. En ese momento el joven y su progenitor compartieron algunas palabras sobre el calor que habían pasado durante la noche en el piso de Orcasitas, al sur de Madrid. Ese día el operario estaba cumpliendo 22 años de casado con su mujer, junto a quien tuvo dos hijos.
Sin embargo, la celebración nunca llegó.
A pesar de las condiciones difíciles de trabajo el operario buscaba evitar hablar del asunto. El hombre estaba muy feliz de que a sus 60 años una empresa haya requerido de sus servicios como barrendero. José Antonio nació en Extremadura, pero migró a Madrid siendo muy joven para trabajar en la capital.
José Antonio primero fue empleado de una frutería durante años. Finalmente, el extremeño se convirtió en el propietario del negocio y le cambió el nombre por el de sus dos hijos. Después la crisis provocó que cerrara el local y comenzó a trabajar en un supermercado hasta que fue despedido y consiguió el empleo en Urbaser.