La violencia nunca tiene explicación, pero en el caso del menor de Lleida parece que la agresión puede haber sido un acto aleatorio.
Lo rocía con un aerosol y le quema la cara
Este lunes al mediodía y mientras un menor de 17 años tutelado por la Generalitat de Catalunya, se encontraba en la calle Roger de LLùria de la capital lleidatana acompañado de otro joven, un hombre se les ha acercado y sin mediar palabra, le ha rociado la cara con un aerosol de líquido inflamable y le ha prendido fuego con un mechero.
Los hechos han sido observados por varios transeúntes que han corrido a socorrer al joven.
El compañero de la víctima ha especificado que no sabía el motivo de la agresión y que todo ha sido muy rápido. Curiosamente el agresor solo ha rociado la cara a uno de los jóvenes, lo que hace pensar en un acto aleatorio de alguien que no los conocía.
Rápidamente el joven ha sido trasladado al hospital Arnau de Vilanova por los servicios de emergencias médicas SEM, personados en el lugar de los hechos.
El agresor está en busca y captura
El compañero de la víctima ha podido proporcionar información a los Mossos d’Esquadra, facilitando la descripción del individuo. La policía ha montado un dispositivo en los alrededores del lugar del suceso y han procedido a iniciar la búsqueda del agresor, aunque hasta el momento no han logrado dar con él.
El caso ha pasado a formar parte de los sucesos que investiga en la comisaría de Lleida, la Unidad de Investigación de los Mossos d’Esquadra. La víctima está ingresada, aunque se ignora su pronóstico y la policía espera que los médicos autoricen su interrogatorio para ver si puede aportar datos cruciales que conduzcan a la detención del agresor.
Parece descartado que el joven conociese al hombre, por lo que sin cerrar ninguna fuente de investigación, cobra fuerza la hipótesis de un acto aleatorio en el que ninguno de los dos se conociese.
No parece un delito de odio, aunque no se descarta
De momento y según las declaraciones del compañero de la víctima, por ahora no parece que la agresión haya sido por un delito de odio, aunque los Mossos tratan de ver en primer lugar si lo declarado por el compañero del agredido y lo que este declare cuando está en condiciones de hacerlo, sea lo mismo.
Hay que hacer constar que los delitos de odio han aumentado en Lleida en estos últimos meses, al punto de que los Mossos reciben hasta tres denuncias al mes por esta causa en la capital del Segriá. La mayoría de las agresiones son por racismo, LGTBIfobia y orientación política y en uno de cada 5 casos los delitos se producen en la vía pública.
Parece que el confinamiento y las nuevas tecnologías han propiciado el aumento de estas agresiones injustificadas hacia personas ‘diferentes’ y la estadística confeccionada por los Mossos es realmente preocupante.