La pequeña Lia solo tenía dos años de edad cuando perdió la vida a manos de su padrastro que la había asfixiado hasta dejarla sin vida. Pero, previamente, la había violado, quemado viva y golpeado. Por todo ello, el hombre ha sido juzgado el pasado 27 de agosto.

La pequeña Lia Victoria solo tenía dos años y dos meses cuando perdió la vida a manos de su propio padrastro que, previamente, la había violado, quemado con agua hirviendo y dado una paliza. Todo a manos de su propio padrastro de 25 años de edad.

Un vecino encontró el cuerpo de la pequeña debajo de unas escaleras de la vivienda en la que vivía su familia

Fue un vecino el que encontró a la pequeña muerta. El cuerpo de la niña tenía numerosos traumatismos a causa de los muchos golpes que el asesino le había dado. Además, se demostró que había sido quemada con agua hirviendo y había sido violada siendo un bebé.

La policía no tardó en detener al padrastro de la niña como el culpable de todos los terribles hechos que tuvieron lugar. El nombre del joven es Maison Andrés Torres y tiene 25 años de edad y está en el centro penitenciario del Condado Mercer a la espera del juicio. El cuerpo de la pequeña apareció bajo unas escaleras, malherido y sin pulso, en el bloque de edificios de la localidad de Trento, en el estado de Nueva Jersey, donde vivía la familia.

La niña fue trasladada a un centro sanitario, pero no se puedo hacer nada por la niña, solo certificar su fallecimiento, como ha publicado el medio “Telemundo47”.

Un 20-30% de las mujeres han sufrido abusos en la infancia o en la adolescencia, sufriendo las secuelas de los mismos

El abuso sexual a menores tiene unas consecuencias para los menores que son difíciles de ocultar.

Se considera una de las muestras de abuso de poder más terribles que existen, sobre todo, en el caso de niñas tan pequeñas como fue el caso de Lia.

Este tipo de abusos marcan de por vida, sobre todo, si terminan en una violación. Hasta ahora, la mayoría de los casos quedaban impugnes, ya que al suceder dentro del círculo familiar o cercano, aunque se descubriesen, nadie iba a denunciar por vergüenza.

Se prefería callar antes de que la gente se enterase de lo que había tenido lugar.

Este tipo de abusos tienen lugar en todas las clases sociales y los expertos señalan que entre un 20-30% de las mujeres han sufrido abusos en su niñez o adolescencia, que las han acabado marcando de por vida. En el caso de que el padre o padrastro sea el abusador, todavía es peor, ya que la niña pierde completamente la figura paterna que debería protegerla y dejan de tener seguridad en sí misma. No saben lo que es el cariño, el afecto o el cuidado, y todo se queda en el secreto y en el silencio de la familia.