Un hombre de 74 años constituye la tercera víctima por la fiebre de Crimea-Congo tras la picadura de una garrapata del género Hyalomma que contenía el virus de familia Bunyaviridae causante de la enfermedad en el territorio español desde el año 2016. Rápidamente el departamento de sanidad informó la situación, mientras que el Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III ratificó los hechos luego de los exámenes pertinentes.

El servicio de epidemiología adscrito a la junta de Castilla y León, precisó que el hombre murió tras permanecer varios días con temperaturas elevadas y distintas hemorragias.

Asimismo, informan que se están realizando las labores pertinentes para levantar un cerco epidemiológico alrededor de las personas que presentan los primeros síntomas para evaluar su condición y buscarles algún tratamiento.

Medidas de precaución

Se han tomado medidas con fines informativos dirigidas a la comunidad y al personal de salud, con el objetivo de reducir una posible infección y determinar el tipo de vigilancia que se deben tomar en estos casos. Razón por la cual es importante la comunicación entre los centros de epidemiología y la rapidez con la que se actué ante sospecha de un paciente con esta fiebre para evitar el contagio por fluidos. Asimismo se podrían evitar grandes riesgos y reducir el margen de distribución de la enfermedad.

Muchos recomiendan prevenir en todo momento el contacto directo con una garrapata debido a las múltiples posibilidades de que esta se aloje o pique en algún lugar del cuerpo. Igualmente recomiendan utilizar una vestimenta y calzado adecuado para ir a sitios rurales y hacer uso de repelentes que ataquen a los insectos de forma apropiada, para prevenir la picadura de una garrapata que se encuentre en el camino.

También los animales domésticos deben ser vacunados contra el virus de la garrapata.

Importancia de reconocer la sintomatología

Es muy importante conocer las medidas preventivas para evitar la fiebre de Crimea-Congo. Cabe destacar que la manera más fácil de identificarla es con los síntomas que van desde una fiebre elevada mayor a los 39 ºC unida a fuertes cefaleas y mareos intermitentes.

Dichos síntomas son parte del periodo antes de la hemorragia con un tiempo de variación de cuatro a siete días. Asimismo, pueden sumarse las deposiciones diarreicas, los vómitos y la inflamación de la conjuntiva de los ojos a los síntomas ya mencionados.

Luego de un tiempo la enfermedad se va agravando, produciendo hemorragias y presentando simples hematomas distribuidos en todo el cuerpo. Además se producen coágulos de sangre en el cerebro que se desembocan en intensas hemorragias, las cuales van siendo visualizadas en sangrados diseminados en la nariz, en la boca por medio de las encías, vías gástricas, área vaginal, vía urinaria y tracto respiratorio. Siendo así una enfermedad de muerte lenta y espantosa para todas las personas que la parecen.