Todos conocemos aquella historia narrada en el Éxodo, uno delos libros de La Biblia, que cuenta como un hombre llamado Moisés se enfrentaal entonces faraón Akhenatón para que deje ir a los israelitas esclavizados asu tierra, y como, una vez emprendida la marcha, el faraón manda a su ejércitoseguir a Moisés y a todos los israelitas para obligarles a volver; en esemomento, estando el pueblo israelí frente al Mar Rojo, Moisés levantando sucayado por mandato divino y extendiendo su mano sobre el mar lo dividió en dos, consiguiendo que los hijos de Israel fueran libres y, una vez que el pueblo pasóel mar, volvió a unirse sepultando al ejército egipcio.
Esta historia nunca contrastada viene hoy a nuestra memoriacuando parece ser que un grupo arqueológico dirigido por el profesor AbdelMohamed Gader, junto a un equipo de la facultad de Arqueología de El Cairo, encontrórestos de aquel antiguo ejército. Los restos procedían de aproximadamente 400soldados junto a sus armas, carros, armaduras y distintos aparatos de guerra.Estos restos se encontraron en un área de unos 200 metros cuadrados, aunqueparece ser que en un área cercana podrían encontrar más de 5.000 cuerpos.
Lo que hace pensar que se trata de la historia de Moisés esque estos soldados murieron en tierra firme ya que no se han encontrado restosde ninguna embarcación; además su postura parece indicar que se quedaronatrapados, al morir, en arcilla y roca, lo que sería posible en caso de que unaola mezclada con barro se abalanzase repentinamente sobre ellos.
Entre los restos se ha observado una hoja de khopesh egipcio,un arma frecuente en los ejércitos faraónicos, y un carro de guerra con unaportentosa decoración que parece haber pertenecido a un príncipe egipcio.
Estas noticias empiezan a convertirse en algo habitual, hacepoco más de un mes nos sorprendían con el posible descubrimiento del arca deNoé y ahora nos asombran con unos restos egipcios datados en el siglo XIV A.
C. en el Mar Rojo. El mundo entero tiene ahora los ojos puestos en estosdescubrimientos y mientras nos preguntamos cuál será el siguiente o cómo reaccionarála humanidad frente a éstas evidencias y si las reconocerá como la prueba finalde la existencia de Dios, siguen apareciendo pedazos de nuestra historia queayudarán a aclarar ese pasado que compartimos y del que parece que apenasconocemos.