El Ayuntamiento de Barcelona despidió al músico José Joaquín Sánchez por no saber catalán. Previamente al clarinetista le habían pedido acreditar sus conocimientos de la lengua catalana para poder hacerlo fijo después de casi 30 años tocando en la banda municipal. Por eso, el afectado decidió recurrir al concurso en el que por primera vez le solicitaban este requisito. Sin embargo, el Consistorio decidió prescindir del trabajador antes de que fuera emitida la resolución judicial.

El músico dijo que era 'surrealista' el requisito del Ayuntamiento

José Joaquín Sánchez afirmó que era “surrealista” el requisito porque no necesitaba dominar ninguna lengua para tocar el clarinete. El músico sostuvo que el lenguaje musical era algo “universal”.

El afectado comentó que durante el examen para acreditar su dominio del catalán fue víctima de comentarios discriminatorios por su acento. El músico explicó que en el año 2006 había decidido sacarse el nivel A2 a pesar de que nadie se lo había pedido.

El sevillano dijo que en las orquestas del mundo no había estos 'requisitos'

El clarinetista comentó que había consultado las bases para acceder en orquestas internacionales y que en ninguna de ellas había “requisitos lingüísticos”.

Incluso el músico dijo que en la Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña les daban cierto margen para poder acreditar el conocimiento del catalán. José Joaquín Sánchez comentó que no les podía el dominio de la lengua como requisito de acceso.

También el músico denunció que en Cataluña estaba viviendo una “dictadura lingüística”.

El clarinetista comentó que las autoridades estaban utilizando la lengua para marginar a los ciudadanos en lugar de “buscar un fomento amable” del catalán.

El denunciante llegó a comparar lo que estaba pasando en Cataluña con un “virus” que se estaba “extendiendo a todas las capas de la sociedad” como la salud, la educación y la cultura.

Además, José Joaquín Sánchez comentó que estaban llegando a un problema en un país que "tiene una lengua común, que es el español".

Convivencia Cívica Catalana tachó de nulo el despido

Desde Convivencia Cívica Catalana tacharon de nulo el despido porque era una medida “discriminatoria”. En la entidad explicaron que nadie podía ser despedido si durante tres décadas había demostrado que el dominio del catalán no era necesario para poder realizar su trabajo. Ahora el trabajador ha interpuesto un recurso contencioso-administrativo contra el Ayuntamiento de Barcelona al considerar que el concurso para acreditar el dominio del catalán era algo que atentaba contra la Constitución.