El pasado fin de semana, René Álvarez, un guardia civil de Castellón, realizó un valiente rescate al salvar a tres niños que se encontraban en peligro de ahogarse. A pesar del desafiante oleaje y de momentos de tensión, Álvarez luchó incansablemente por rescatar a los niños. En especial, enfrentó momentos de pánico mientras lidiaba con la incertidumbre de salvar a la última niña del grupo, demostrando su dedicación y coraje en una situación crítica.

Él es agente de la Guardia Civil de Burriana

René Álvarez, de 39 años de edad, es oriundo de Venezuela y ha residido en España durante más de dos décadas.

Este guardia civil comparte su vida con su esposa y su hija adolescente de 16 años. El día en que ocurrió la emergencia, Álvarez no estaba de servicio, sino disfrutando de un paseo con su familia y un amigo que pertenece a la policía de Hamburgo.

En torno a la zona donde los niños estaban en peligro, se congregó una multitud de personas, algunas de ellas expresando su alarma a través de gritos. Al acercarse, el guardia civil visualizó a una niña que luchaba por nadar y escapar del agua, debido al poderoso oleaje que la arrastraba.

Tras observar la situación de la niña, Álvarez notó que otro niño se encontraba en una situación similar. Con decisión, se apresuró a actuar, logrando agarrarlos desde unas rocas y ayudándolos a salir del agua.

Una vez que los dos niños estuvieron a salvo, el guardia civil escuchó los gritos de otra niña, que se encontraba a una distancia mayor del grupo. Sin vacilar, se lanzó al agua para rescatarla, demostrando una valentía y determinación impresionantes.

El guardia civil ofreció unas declaraciones

René Álvarez compartió su vivencia con diversos medios de comunicación, incluyendo la Cadena Ser, donde relató En Directo su experiencia.

Explicó que al adentrarse en el agua, notó de inmediato la fuerza de la corriente, pues en poco tiempo llegó a donde se encontraba la niña. Al acercarse a ella, la pequeña estaba visiblemente asustada y le rogó que no la dejara.

Tras calmar a la niña y explicarle que requería su ayuda, la guio hacia las rocas. En un acto de cooperación, el policía alemán también se lanzó al agua y rescató a la niña.

Una vez que los niños estuvieron a salvo, Álvarez enfrentó dificultades, ya que se sentía exhausto y la corriente lo arrastraba. En ese momento, optó por echarse a flotar, utilizando el oleaje para impulsarse hacia la orilla o acercarse a las rocas.

René Álvarez temió por su vida

El siguiente recuerdo que permanece en la mente del guardia civil es la sensación de flotar, apareciendo tumbado en la arena, rodeado por socorristas y el equipo de emergencia médica (SAMU). Tras confirmar su estado consciente, los profesionales lo trasladaron al Hospital General de Castellón, donde se percataron de que presentaba problemas respiratorios. René Álvarez dijo que llegó a temer por su vida, pero que su enfoque primordial era rescatar a la niña en peligro.

Sin embargo, también emergió en él un nuevo temor: el de no poder salvarla.

Ahora agradece que todo haya culminado en un desenlace positivo y celebra la suerte compartida por todos los involucrados. Según sus palabras, los gritos de auxilio de la niña nunca se borrarán de su memoria, reconociendo que, en situaciones críticas, "actúas y ya está". Él añade que todos somos impulsados a ayudar cuando escuchamos los gritos de niños en apuros, moviéndonos algo dentro que aporta ese impulso para actuar.