La revista 'Journal of Pediatric Surgery Case Reports' ha dado a conocer el extraño caso de un bebé que llegó al mundo en un parto atendido en el hospital de Niños Albert Sabin ubicado en la ciudad de Fortaleza, en Brasil. Según publica la revista científica, el pequeño nació con una cola humana de 12 centímetros de largo que al final tenía una bola grasa que medía otros 4 centímetros de ancho.

El texto afirma que el nacimiento ocurrió de forma prematura, a las 35 semanas de gestación, pero sin ningún tipo de complicaciones que pusieran en peligro la vida del niño o de la madre.

Agrega que el acontecimiento dejó asombrados al personal sanitario que atendió el nacimiento del bebé.

Los especialistas lograron extirpar la cola al bebé

Tras un exhaustivo análisis médico, los especialistas determinaron que la cola no comprometía el sistema nervioso del bebé por lo que de inmediato procedieron a retirarla mediante una operación quirúrgica. Una vez terminado este procedimiento, los doctores señalaron que la cola solo era un tejido deshuesado, es decir, no poseía cartílagos ni huesos.

En cuanto a la bola que estaba al final de la cola humana, los especialistas determinaron que estaba compuesta de un tejido conectivo embrionario. Seguidamente procedieron a explicar, según recoge la publicación, que estas anomalías congénitas son poco comunes y deben estudiarse a profundidad con exámenes radiológicos y físicos.

Asimismo, los médicos sugieren que es necesario se estudie la presencia de “disrafismo espinal oculto” en casos de pacientes con sospecha de padecimientos cutáneos. También explican que lo anterior se debe al origen ectodérmico común que se encuentra entre la piel y el sistema nervioso central.

Los casos de colas humanas no se ven con frecuencia

Según la revista científica, los bebés pueden llegar a desarrollar una cola embrionaria en el útero, específicamente entre la cuarta y sexta semana de gestación; no obstante, esta se reabsorbe nuevamente en el cuerpo durante la octava semana, situación que no ocurrió con este niño.

Explican en el texto que las colas humanas pueden asociarse a tumores grasos debajo de la piel o médula espinal anclada, entre otras malformaciones congénitas, pero que en caso de este bebé, cuyo nombre no fue revelado a los medios de comunicación, no sucedió pues no tuvo anomalías asociadas al “apéndice cutáneo”.

Finalmente, el texto de la publicación científica refiere que los casos de colas humanas se han registrado desde finales del siglo XIX, que normalmente estas colas son de un tamaño pequeño y que se ubican en la línea media de la parte baja de espalda.