Bernardo Montoya se presentó nuevamente en la Audiencia Provincial de Huelva, acusado por la muerte de Laura Luelmo, ocurrida en diciembre de 2018. Montoya ha declarado con respecto a las acusaciones de secuestro, agresión y de haber acabado con la vida de la joven, donde ha ratificado ser inocente.
El acusado culpa a su expareja
Tanto Bernardo Montoya como su abogado culpan del fallecimiento de la joven de 26 años a su expareja, aludiendo que podría haber tomado la determinación de cometer el crimen impulsada por los celos, sin embargo, las declaraciones no habrían resultado del todo convincentes para los jueces, debido a una serie de lagunas en su nueva versión.
Montoya intenta evadir las acusaciones
Anteriormente, Bernardo Montoya se autoinculpó, tanto delante de los investigadores que realizan la investigación del caso como frente a los medios de comunicación, para ahora cambiar su historia y manifestar que la expareja podría llegar a ser la presunta culpable por el fallecimiento de la profesora. Para los investigadores, el cambio en la declaración inicial se debe a un intento por conseguir que la nueva versión concuerde con las pruebas forenses.
Laura Luelmo tenía en su cuerpo el ADN del acusado
La desaparición de la joven se produjo el 12 de diciembre de 2018, días después de que se mudara a El Campillo para trabajar. El cuerpo fue encontrado cinco días después en las afueras del pueblo, culminando así con las esperanzas de quienes esperaban encontrar a Luelmo con vida, en la búsqueda participaron un centenar de voluntarios.
Un día después de la aparición se procedió a la detención de Bernardo Montoya, quien vivía en frente de la casa de la joven y que además contaba con antecedentes similares ante la justicia. En aquel momento se declaró culpable aludiendo no estar en "condiciones muy idóneas". Posteriormente, el ADN del acusado fue el único que se encontró en el cuerpo de la víctima.
Por otro lado, la expareja acusada por parte de Montoya llevaba cinco años sin verlo.
Detalles que incriminan a Montoya
En el domicilio de Bernardo Montoya, los investigadores hallaron una bolsa que contenía un recibo de una compra realizada por la víctima, el cual se habría efectuado momentos antes de su muerte. Cuando se produjo la detención de Montoya llevaba poco tiempo fuera de prisión.
El juicio se lleva a cabo a puerta cerrada
La familia de la Mujer fallecida ha pedido que el juicio se lleve a cabo a puerta cerrada, con el objetivo de proteger la intimidad y privacidad de la joven, petición que les ha sido concedida, por lo tanto el juicio se desarrolla sin público presente y sin ningún medio de comunicación en la sala.
Está previsto que el juicio se extienda hasta el viernes, donde Montoya se enfrenta una posible condena de 32 años solicitada por parte de la Fiscalía, además de una probable pena de prisión permanente revisable si llegara a comprobarse el asesinato, presuntamente llevado a cabo tras un secuestro y una serie de agresiones hacia Luelmo.