Samuel Luis Muñiz salió a una fiesta en el pub Andén, en La Coruña, pero luego de verse con sus amigos y fumarse algunos cigarrillos aprovechando de una noche libre y jovial tras más de diez meses en aislamiento por las restricciones contra el COVID-19, el joven coruñés fue víctima al parecer del lado más ponzoñoso de la homofobia.

Luego de su muerte, la policía logró identificar a nueve personas relacionadas al crudo suceso y dos amigas de Samuel que fueron testigos han dado declaraciones sobre cómo ocurrió el desafortunado acto de violencia que le quitó la vida a su amigo.

Una noche de diversión se convirtió en la peor pesadilla de un joven de 24 años

Las agresiones de odio son una realidad que muchas personas de la comunidad LGTBI enfrentan debido a la intolerancia y, en algunas ocasiones, estos sucesos terminan como en el caso de Samuel Luis Muñiz: con víctimas mortales. Samuel era un chico de 24 años que decidió pasar la noche del 2 de julio en compañía de sus amigos en un pub en Riazor, en La Coruña. El joven, que trabajaba como auxiliar de enfermería, estaba feliz, como todo chico joven, de poder juntarse con sus amistades luego de que Galicia hubiera reabierto bares y discotecas hasta las tres de la mañana tras tantos meses entre restricciones de horario.

Samuel se estaba divirtiendo aquella noche, pero en un momento salió de la discoteca para fumarse un cigarrillo con su amiga Lina mientras ambos hacían una videollamada con Vanesa, amiga de Samuel y pareja de Lina.

Como lo declararon las dos chicas, Samuel era una persona muy energética y alegre, en la residencia de ancianos donde trabajaba lo querían mucho. “Siempre estaba contento y con ganas de hacer reír a los demás, era muy sociable”, comentaron recordando a su querido amigo de años.

Un joven se acercó a Samuel para insultarle y, a continuación, propinarle muchos golpes

Vanesa contó que Lina y Samuel le estaban enseñando por el teléfono el sitio por donde había sido la fiesta, pero, entonces, apareció caminando una pareja que también aparentaba tener la misma edad que Samuel. Molestos, le gritaron al chico que dejara de grabarlos.

Lina y Samuel se apresuraron a explicarle, restándole importancia a la actitud de los desconocidos. Pero el chico que iba con su novia al lado aseveró con enojo: “O paras de grabar o te mato”. Samuel quedó confundido, pues no estaba acostumbrado a enfrentarse a personas ni insultos así: todos siempre lo habían respetado.

El desconocido le dio un puñetazo, declaró Lina. Del otro lado de la línea telefónica, Vanesa solo podía escuchar el ruido de los golpes y, por su lado, Lina había intentado detener al agresor. No obstante, la novia del chico le gritó que no se metiera, que no pintaba nada ahí. Fueron varios golpes y había gente cerca, pero solo se aproximó un joven para separarlos. Solo así, Samuel pudo salir de los puñetazos de su agresor.

El agresor regresó con 12 atacantes para pegar a Samuel

Luego de que el joven separase al atacante y se quedara al lado de un Samuel muy conmocionado y con heridas visibles por todos lados, el agresor se fue de la escena. Sin embargo, minutos más tarde regresó y, esta vez, venía acompañado de otras 12 personas. Lina contó que solo podía ver a una multitud de personas moviéndose violentamente e insultando a Samuel.

Al llegar a su lado, el grupo de agresores ya había huido y su amigo yacía en el suelo inconsciente.

Ese mismo día, en la madrugada del 3 de julio, se declaró a Samuel como fallecido. “Cuando lo vi, supe que no iba a salir adelante”, manifestó Lina, quien vio a su amigo deshecho antes de que la ambulancia y la Policía Nacional llegaran al lugar.