Una joven de 22 años ha sido víctima de una grave negligencia médica en el Hospital de Coslada después de que se dieran cuenta de que el tumor maligno con el que llevaban más dos años de tratamiento oncológico se trataba en realidad de una gasa quirúrgica que se les había quedado olvidada en una intervención anterior.

La joven, llamada Adriana, ha tenido que estar en total dos años luchando y aguantando radio y quimioterapia para hacerle frente a un supuesto cáncer para el que no encontraba mejora cuando, en el momento que se decidió volver a intervenir quirúrgicamente, los médicos se habrían dado cuenta de que el temido bulto era en realidad una gasa quirúrgica que había quedado dentro de su cuello.

La víctima de tal negligencia ha tomado acciones legales contra el hospital y aún no sabe si todo esto le traerá secuelas.

Adriana luchó dos años contra un cáncer que no existía

Era 2019, cuando a Adriana se le detectó un linfoma de Hodgkin en el cuello. Rápidamente, los profesionales de la salud determinaron que, por sus características, lo mejor sería operarla para poder eliminar de raíz el tumor y ver cómo evolucionaba este tipo de Cáncer.

La joven habría seguido todas las medidas y tratamientos que le habían proporcionado los médicos, pero el tumor no habría dado síntomas de mejora. Lo que no fueron capaces de detectar los médicos fue que aquel bulto que tenía se trataba de una gasa que se habían dejado olvidada después de haberle sacado el tumor con el que desapareció el cáncer.

La negligencia que sufrió Adriana

Sin embargo, a pesar de que Adriana ya estaba sana sin el tumor, en las pruebas se seguía viendo aquel gran bulto que no era otra cosa que la inflamación de la zona por tener aquel cuerpo extraño. Es por eso que decidieron comenzar un tratamiento de radio y quimioterapia con la joven que durante dos años estuvo teniendo que soportar el fuerte tratamiento, victima entonces si saberlo, de una grave negligencia médica.

El hospital aún no se disculpa con Adriana

Fue en el momento que lo médicos volvieron a intervenir al cabo de ya casi 3 años, cuando se percataron de que se trataba de una gasa quirúrgica y que, en realidad, el cáncer lo habría superado hace ya mucho tiempo. Adriana ha tomado medidas legales contra el hospital, pero se queja de que ni siquiera le han pedido disculpas, sino que han ido esquivando responsabilidades.

La joven perdió su trabajo por este fuerte episodio y, tras recibir tanto tiempo de tratamiento, teme que le pueda quedar secuelas que le condicionen en un futuro y que le impidan realizar una vida y una rutina dentro de la normalidad que merece y que, por un error profesional, ahora podría estar en serio peligro.