Sin lugar a dudas, perder un objeto personal es desesperante. Y encontrar ese mismo objeto en el lugar que menos se espera es cuanto menos que sorprendente. Así lo ha debido pensar la mujer que conocía al dueño de la joya que llevaba un pez y que lo ha visto mientras practicaba buceo.

Una buceadora ve la joya de un conocido en el cuerpo de un pez

Según se ha conocido por los medios de comunicación, un hombre australiano llamado Nathan Reeves acudió hace tiempo junto a su mujer y demás familia a la isla de Norfolk (Australia) durante la época navideña.

El hombre tuvo la mala suerte de salir a nadar y tras terminar de observar que había perdido la alianza de boda en el mar.

Este, como es lógico, pensó no volver a tener noticias de su alianza y la dio por perdida para siempre. Pero la vida ha querido que la suerte le sonría después de varios meses de la pérdida de la alianza. Y todo ello gracias a una buceadora llamada Susan Prior.

La mujer practicaba buceo en la zona en la que Nathan había perdido su alianza, donde pudo observar un ejemplar de pez actinopterigio (Myxus elongatus) habitual del Pacífico con la alianza a su alrededor. La casualidad quiso que Susan pudiera reconocer a su dueño gracias al boca a boca de los lugareños que conocían la historia de la pérdida de la alianza de Reeves.

Sentimiento descorazonador al ver al animal con la alianza

Según contó Susan a un medio periodístico australiano, la sensación de ver a un animal con la alianza alrededor de su cuerpo fue bastante dolorosa. Como bien ha explicado, hasta este momento solo había visto animales que se habían enganchado a plásticos procedentes de la basura que terminaba a la deriva en el mar.

Quitar el anillo al animal sin causarle ningún daño

Susan ha explicado en sus declaraciones que tras ver al pez pensó que se trataba de un trozo de plástico que le rodeaba pero, tras fijarse mejor, vio que se trataba de algo dorado y brillante. Tras dudar un momento, recordó que en cierta ocasión había leído alguna publicación de alguien que explicaba que había perdido un anillo en la zona en la que ella había visto al pez.

Sin perder el tiempo, confirmó sus sospechas y se dio cuenta de que el pez tenía serios problemas para a la hora de nadar, debido al peso del anillo de bodas.

Para intentar ayudar al pez, los isleños han querido aportar ideas para conseguir quitar el anillo de bodas sin causarle daño alguno a este animal. Creen que utilizando redes e instrumentos de buceo podrán conseguirlo pero, por el momento no han tenido éxito en su búsqueda de liberar al pez del anillo de bodas y siguen intentándolo para solventar el problema que el peso de la alianza le está ocasionando al pez.