Un macabro y triste descubrimiento junto una historia de soledad que podría ocultar algo más: serios problemas psiquiátricos o de violencia: Christina Malley fue encontrada muerta en su casa cercana a la ciudad de Aberdeen, en Escocia. Pero lo que llama poderosamente la atención es la circunstancia de cómo fue encontrada esta Mujer, que hoy tendría 80 años.

El cuerpo sin vida de la anciana fue encontrado por los sanitarios que fueron hasta su casa para aplicarle la vacuna contra el Coronavirus, dado que fue convocada a su centro de salud correspondiente, pero ella no concurrió.

La insólita manera de encontrar a la mujer muerta

La ausencia sin aviso al turno de la vacunación de Christina Malley provocó ciertas sospechas en los funcionarios de salud, que decidieron trasladarse hasta el domicilio de la anciana. En la casa, fueron recibidos por un hombre de avanzada edad, Daniel Malley, el esposo de Christina, quien informó que su esposa estaba de viaje, en el exterior. Pese a la negativa del esposo, los sanitarios entraron y se encontraron con el cadáver de la mujer, y aquí uno de los datos más espeluznantes del caso: la muerte no sería reciente.

La policía informó que fue solicitada su concurrencia a Cove, una localidad de la ciudad de Abeerden, donde estaba el cadáver y los investigadores están tratando de determinar cómo y cuándo murió, un hecho hasta el momento inexplicable pero afirman que la fecha aproximada del deceso sería de hace doce años.

El viudo convivía con el cadáver de su esposa en la casa

El pueblo se encuentra estupefacto, ya que se desconocía totalmente la existencia de la mujer viva en la casa, y menos todavía, de ella muerta. Los vecinos cuentan que siempre vieron a Daniel solo, y no conocían que tuviera esposa. “Llevo 22 años viviendo en esta zona y nunca he sabido que tuviera esposa o pareja, solo le he visto a él.

Es muy triste”, comentó un vecino.

Según habría dicho el marido, que ha mantenido el cadáver durante los últimos doce años, a la policía local, su esposa murió de causas naturales, y él se aferró al cuerpo de ella porque “no la podía dejar ir”, ni viva ni muerta.

Los registros muestran que Daniel y Christina habrían estado casados por al menos 25 años y en 1995 se mudaron a la casa donde ahora el cuerpo fue encontrado y de donde se le perdió el rastro a la mujer.

Aparentemente, y si no fuera por las suspicacias de los profesionales de salud que buscaron a la mujer para aplicarle la vacuna contra el coronavirus, nunca se la hubiera encontrado, porque la anciana octogenaria tampoco tenía familiares que preguntaran por ella.

Nadie sabía de la existencia de la anciana, ni viva ni muerta

Daniel Malley, el esposo de la muerta, era conocido en el vecindario por su asidua concurrencia al pub local, en donde los parroquianos también afirman que él nunca habló de tener una esposa. Los detalles escabrosos del caso se encuentran en plena investigación para responder las preguntas que pueden definir si se trata de un oscuro caso psiquiátrico, al mejor estilo Stephen King. O si hay un hecho delictivo o de violencia de género detrás de la extraña muerte de la anciana y la vida del viudo junto al cadáver.