Elizabeth Kerr de 31 años y Simon O'Brien de 36 tenían planeado casarse en verano, habiendo estado comprometidos desde 2019. Sin embargo, ambos contrajeron coronavirus y tuvieron que ser trasladados con urgencia a un centro hospitalario en Reino Unido, donde residen, porque la falta de oxígeno en ascenso suponía un peligro para la vida de ambos. A pesar de ser trasladados en la misma ambulancia , el estado de Simon era peor que el de su pareja por lo que tuvo que ser ingresado en otra sala. Ante la remota posibilidad de no poder contraer matrimonio cuando se lo habían propuesto decidieron casarse de forma exprés en la UCI.
Una boda a contrarreloj en la UCI
Al ser trasladados al hospital fueron ingresados en salas diferentes en primera instancia. Allí la enfermera Hannah Cannon que estaba atendiendo a Elizabeth le propuso celebrar la boda en el mismo hospital ante la preocupación de que Simon no sobreviviese. Este ultimátum es algo que Elizabeth no quiere recordar, según ha declarado con lágrimas en los ojos. También cuenta que esta boda no solo fue cuanto menos alternativa por su escenario sino también porque tuvieron que esperar unos días para darse el primer beso de casados.
El personal sanitario tardó tres días en conseguir todos los permisos para oficiar la ceremonia, tras lo cual todo el equipo del hospital colaboró para que tuvieran la mejor boda posible dentro de las posibilidades.
El personal de catering les obsequió con una tarta y la enfermera Cannon grabó en vídeo toda la celebración, de la que además fue testigo, para que pudieran verla los familiares de la pareja. Tras el 'sí quiero' en este caso, 'I do' Simon O'Brien fue entubado ante la incertidumbre de su esposa por el futuro de su salud.
La decisión más importante de sus vidas
Elizabeth remarca que ''lo más importante son las personas que amas'', siendo esta la conclusión que saca de toda su experiencia. Ambos coinciden en que creen que no estarían hoy como están si no se hubieran tenido el uno al otro y achacan su buen pronóstico de recuperación al trabajo del equipo humano del hospital y su rápida actuación.
La enfermera Cannon declara que "con mucho trabajo en equipo pudimos darles una boda, no necesariamente la boda que hubieran planeado inicialmente, pero ciertamente algo positivo, notable y memorable para que ellos realmente lo recuerden".
El personal sanitario del centro decidió retrasar una hora la intubación de Simon ante la petición de ambos de casarse en ese preciso momento, período en el cual paradójicamente presentó una cierta mejoría en su estado de salud. Además actualmente ya se encuentran recuperándose en planta aún asistidos con oxígeno, pero con un buen pronóstico que les permitirá pronto disfrutar de su nueva vida como marido y mujer.