Con los andenes llenos en plena hora punta y la distancia social mínima imposible de ser mantenida, el transporte público se ha convertido en un lugar peligroso donde evitar contagios es cada vez más complicado. La llegada del verano supone un aumento del tiempo de espera entre trenes, por lo que las aglomeraciones tanto en estaciones como en trenes son diarias.

Mantener la distancia social, imposible en el transporte público

Recientemente, la Comunidad de Madrid ha recibido numerosas críticas ante las imágenes que los usuarios han compartido en redes sociales en las que se observan vagones y andenes de tren llenos.

En pleno mes de agosto, donde los nuevos casos de Coronavirus siguen creciendo y existen focos de contagio activos en prácticamente todas las ciudades españolas, las imágenes de pasajeros amontonados no auguran nada bueno.

Y es que en esos escenarios, donde es imposible que los usuarios mantengan la tan importante distancia social de seguridad. De hecho, es habitual encontrar personas prácticamente pegadas las unas a las otras, por lo que el riesgo de contagio es muy elevado.

Ante esta situación, la Comunidad de Madrid se está planteando prohibir consumir alimentos en el transporte público. El objetivo es evitar que los pasajeros se quiten la mascarilla para comer o beber en vagones o autobuses, ya que se trata de una práctica habitual por parte de algunos pasajeros que pone en riesgo la salud de todos.

Tal y como ha manifestado Antonio Zapatero, viceconsejero de Salud Pública de la Comunidad de Madrid, la capital "se ha reforzado muy mucho", y no se descarta tomar más medidas.

Los usuarios de transporte público aumentarán después de verano

Teniendo en cuenta que la situación puede empeorar de cara a septiembre cuando aumente la circulación de pasajeros tras el descenso veraniego, será necesario estudiar más medidas para garantizar la seguridad de los usuarios.

El hecho de que en el transporte público se permita una ocupación de la totalidad de las plazas sentadas deberá ser estudiado y probablemente modificado, con el objetivo de permitir que haya una mayor distancia entre usuarios.

Asimismo, será necesario aumentar la frecuencia de los trenes y evitar aglomeraciones en la medida de lo posible.

Durante el mes de julio, el metro de Madrid soportó más de 28 millones de viajes. El promedio diario fue de 906.874 viajes, lo que supone prácticamente un 45% menos que en el mismo mes del año anterior. A pesar de que menos personas viajan en transporte público debido a la pandemia y las nuevas condiciones laborales de teletrabajo, la amenaza del coronavirus provoca que las aglomeraciones en plena hora punta y en los intercambiadores sean más peligrosas que nunca.

Madrid, una de las ciudades más afectadas por los rebrotes

Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, ha asegurado que la epidemia en la Comunidad de Madrid se encuentra "en fase de ascenso".

La capital española cuenta con un "ritmo creciente de notificaciones" de casos de coronavirus.

Por ello, atajar la problemática del transporte público es de vital importancia para evitar un repunte en los contagios. Así, desde Sanidad se ha asegurado que no se descarta la toma de más medidas para controlar una situación en la que los datos de los nuevos contagios por la COVID-19 son cada día más alarmantes.

Entre estas nuevas medidas planteadas por Sanidad se encuentra la realización de pruebas PCR en lugares concretos donde existen más brotes y contagios. Tal y como ha apuntado Antonio Zapatero, "no se puede volver a hacer la misma vida que hace algunos meses", por lo que sigue siendo fundamental el lavado de manos regular, el empleo de mascarilla y mantener el distanciamiento social de seguridad.