Sigue la guerra bacteriológica contra el nuevo virus que se descubrió en la ciudad china de Wuhan. Una lucha que está desembocando en varias tensiones y discrepancias entre los distintos países que forman la UE, como veíamos esta misma semana con las declaraciones del Primer Ministro holandés que afirmaba no estar de acuerdo con conceder grandes ayudas a los países europeos más afectados, alegando que estos deberían haber ahorrado en tiempos de bonanza. Diferencias en la forma de enfocar el problema actual y que están afectando a la relación entre varios países europeos.

España, encasillada en el “bando sur” de Europa, ha sido uno de los países de la Unión Europea más afectados por esta crisis desde que se diagnosticara el primer caso hace ya más de un mes. Una crisis en la que todos intentan poner su granito de arena.

Con un total de 78.797 infectados y 6.528 fallecidos estamos a la cabeza de contagios junto con Italia, país hermano y más afectado en Europa. El número de contagiados sigue subiendo a un ritmo estremecedor. Aunque si miramos el gráfico más de cerca, hay razones para mantenerse con ánimo y positivos.

El ritmo de infecciones y defunciones baja en los últimos cinco días

Este domingo, ha sido el quinto día en el que el número de contagios sube a la baja.

Es decir, sigue habiendo infectados, muchos más de los que se desearía, pero desde hace cinco días el crecimiento es más lento y la curva menos pronunciada. Si comparamos los datos con los de días anteriores vemos que, por ejemplo, el 25 de marzo los casos subieron en un 20,01%, mientras que en este domingo la subida ha sido de un 9,06%.

Podemos decir que la reducción en el número de casos es de más de la mitad en menos de una semana.

Este era uno de los principales motivos del confinamiento en el que se ve inmerso España en este momento, parar el rápido crecimiento de la curva para evitar así el colapso del sistema sanitario.

Algunas comunidades autónomas, cerca del colapso en las UCIs

Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, ha afirmado que "los casos llevan días descendiendo". Con moderación, hay razones para creer que España está comenzado a ganar esta batalla. La gran preocupación del Ejecutivo radica en los enfermos que tiene que ser derivados a las UCIs de los hospitales, las cuales se acercan a la saturación en ciertas comunidades autónomas.

Aproximadamente el 10% de los infectados necesitan ser derivados entre 7 y 10 días a la UCI, lo que está provocando que algunas comunidades estén al borde del colapso total. Siguen llegando nuevos enfermos, mientras los que ya estaban siguen necesitando de los cuidados de los profesionales sanitarios.