Si hace unos días salía a la luz el caso de un lago en Siberia que se había puesto de moda entre los influencers a pesar de los problemas de salud que implicaba bañarse en sus aguas, ahora se repite el caso pero en Galicia. En este caso es el Monte Neme, una antigua mina de explotación de wolframio y estaño.

El Monte Neme se encuentra en la comarca coruñesa de Bergantiños y se ha convertido en una atracción de moda para todos aquellos que adoran el postureo en las redes sociales -más que nada en Instagram- a causa del color turquesa de sus aguas.

Pero bañarse en las aguas de este lago tiene una serie de consecuencias para la salud de los usuarios: varios ya han comunicado que han sufrido problemas después de bañarse en esas aguas.

Esta mina fue explotada por los nazis durante la II Guerra Mundial

La realidad detrás de este lago tan fotografiado es que es una balsa que forma parte de una antigua mina de wolframio que fue explotada desde la II Guerra Mundial hasta el pasado año 2012. Gracias al trabajo de varios expertos relacionados con la Memoria Histórica, se descubrió que los nazis se encargaron de explotar la mencionada mina para extraer sus recursos y poder fabricar armas que empleaban en combates y para munición.

Pero la falta de conocimiento ha hecho que muchos usuarios hayan ido hasta este lago para hacerse una foto mientras se bañan en sus aguas.

Algunas de las personas que lo han hecho han comentado que han sufrido vómitos y manchas en la piel a lo largo de una semana.

Muchos aseguran que han tardado casi siete días en recuperarse, mientras otros tuvieron que ir a urgencias por la gravedad de la situación.

A pesar de que lo pasaron mal, dicen que ha valido la pena hacerse la fotografía y ganar 'likes' en las redes sociales

Según ha explicado Manuel Ferreiro, médico del servicio de urgencias del CHUAC, siglas del Complejo Hospitalario Universitario de la ciudad de A Coruña, si nos bañamos de manera puntual solo tendremos problemas leves en las mucosas oculares o irritaciones en la piel.

Pero si lo hacemos de manera prolongada o tragamos agua, sufriremos trastornos digestivos, vómitos e incluso diarrea.

Si el baño dura poco, el daño no sería grave. El problema de este tipo de balsas es que se filtran los metales pesados a través de las aguas subterráneas y que estas pueden acabar siendo consumidas por los habitantes de los alrededores.

Algunos usuarios aseguran que a la entrada a la mina hay un cartel enorme que indica que está "prohibido el paso". Por ello, también habría que sobreentender que también está prohibido el baño. El colectivo "Salvemos A Cabana" ha solicitado a la Xunta de Galicia que lleve a cabo un mayor control sobre esta mina abandonada por los riesgos para la salud y la seguridad que implica.