La ola de calor que están sufriendo en California está dañando el medio y la biodiversidad, entre otros, a los mejillones, que mueren cocidos en sus propias conchas.

Los mejillones mueren por la ola de calor en Estados Unidos

Europa no es el único continente que está sufriendo una verdadera ola de calor, con temperaturas históricas. En Estados Unidos, las temperaturas han subido tanto que los mejillones acaban cocidos en sus propias conchas. Por ejemplo, en Bodega Bay, un cabo en la zona norte del estado, las temperaturas durante el mes de junio han llegado a los 38 grados, una temperatura suficiente para conseguir que estos moluscos mueren al cocinar vivos, en las rocas de la costa donde crecen.

Hay que recordar que los mejillones se pegan a las rocas en la orilla del mar para poder alimentarse del plancton y han sufrido, de manera alarmante, las altas temperaturas. Sobre todo, cuando la marea baja y quedan más al descubierto.

Según ha explicado Jackie Sones, coordinadora del área de investigación de la reserva marina que está ubicada en Bodega Bay, es el mayor número de mejillones en la zona desde hace 15 años. Por otro lado, los científicos han advertido que este no es el único caso.

A una distancia de más de 225 kilómetros, en la costa de California, se han encontrado con el mismo problema y esto supone una advertencia muy grave sobre el calentamiento global y el cambio de las temperaturas.

Los mejillones son unos conocidos filtradores que se alimentan a través de fitoplancton del mar y materia orgánica. Por esta razón, pueden verse seriamente afectados por la contaminación, entre otros factores. Su hábitat natural es en las zonas templadas de todo el planeta, tanto en la zona norte como en el hemisferio austral.

Las aguas de de Bodega Bay llegaron a los 38 grados, demasiado para los animales

Por otro lado, los mejillones necesitan tener agua fresca (lejos de las temperaturas a las que se ha podido llega durante estos días en California), limpia y lejos de los fangos. Según los expertos, durante unas horas las aguas de Bodega Bay llegaron a los 38 grados, temperatura más que suficiente para que los mejillones se pudieran cocinar en sus propias conchas.

Los científicos llevan años estudiando los efectos del temido cambio climático en los seres que viven en el océano. El aumento de las temperaturas en la superficie de los océanos y de los mares ha provocado la muerte de algas, aves de tipo marino y mamíferos, además de provocar problemas en las migraciones y en el movimiento estacional de las especies, por lo que las consecuencias del cambio climático ya estarían siendo visibles.