El 20 mayo de 2018 una mujer fue llevada a los tribunales de Pontevedra por la violencia injustificada hacia su hijo de 10 años. La madre mostró un abuso de autoridad al golpear a su hijo ante su negativa de querer bañarse, hecho que los tribunales han condenado como un delito de violencia doméstica y maltrato infantil.

La violencia nunca es la solución

A pesar de haber transcurrido poco menos de un año, la audiencia de Pontevedra ha ratificado la condena impuesta en su día con varias penas. Entre ellas se encuentran una pena de dos meses de prisión, que la acusada podría sustituir por servicios a la comunidad, así como seis meses de alejamiento de su hijo.

Es opinión clara de los jueces el hecho de que un correctivo de parte del progenitor a sus hijos solo debería emplearse de forma moderada y razonable, considerando por tanto las dos bofetadas propuestas al menor como un abuso claro de autoridad por parte de la madre y un uso injustificado de la violencia.

Cada vez es más frecuente el maltrato familiar

No es un hecho desconocido que en este siglo XXI son cada vez más frecuentes las noticias sobre el maltrato dentro del núcleo familiar, ya sea de parte de un progenitor a otro o del mismo progenitor a su descendencia. La pérdida de valores en esta sociedad moderna es el día a día de muchas familias, poco queda del respeto que se respiraba hace poco menos de 60 años.

En estos tiempos, programas como Hermano Mayor o Supernanny han tenido mucho éxito durante los últimos años, ya que muestran un reflejo de las situaciones cotidianas de muchas familias. No solo eso, sino que además son testigo directo de una violencia que hace décadas no existía.

Opiniones divididas en este caso

Muchos medios han dado su opinión al respecto de este suceso, la noticia ha corrido como la pólvora por Internet y pocos medios se han quedado fuera.

Si bien es cierto que como su progenitora estaría en su derecho de corregir al niño, muchos han expresado su opinión sobre la forma incorrecta en que lo ha hecho.

Bien es cierto que su progenitora tiene derecho legal sobre su descendencia, pero el uso de la violencia dentro del entorno doméstico es precisamente lo que genera factores como la violencia de género o el maltrato infantil.

La opinión firme de los jueces es que nunca debería utilizarse la violencia sin justificación.

Si algo es seguro es que una mano firme puede educar a un hijo, pero una mano violenta no es la solución.