Reino Unido ha tomado la decisión de prohibir la venta, en concreto, de cachorros (tanto de gatos como de perros). Así, a partir de ahora, los cachorros que tengan menos de seis meses no serán comercializados, con el objetivo de evitar que sean separados de sus madres antes de tiempo y, también, evitar que puedan ser abandonados a posteriori.

La medida se ha tomado en Navidad teniendo en cuenta las encuestas

Está demostrado que la exposición de cachorros para su venta favorece la compra de forma compulsiva y, posteriormente, el abandono de los mismos.

El pasado mes de agosto el gobierno de Reino Unido hizo público el resultado de una serie de encuestas que había realizado sobre la protección de los Animales, con un 95% de los encuestados en contra del comercio de animales de compañía que tengan menos de seis meses de vida. Todo coincidiendo con las fiestas de Navidad (una época del año donde aumentan las ventas de cachorros).

David Rut Ley, el actual secretario de Estado para el Bienestar Animal y Alimentación, ha revelado que el gobierno británico ha tomado la decisión de prohibir (aunque la fecha exacta está por concretar) la venta de perros o de gatos con menos de seis meses de vida.

Se pretende acabar con el maltrato animal en Reino Unido

Con esta medida se busca evitar el maltrato animal que implica la separación antes de tiempo de los cachorros de la madre y, también, para luchar contra la proliferación de las conocidas como granjas o criaderos de manera intensiva con el único fin de exponer y vender dichos animales.

Si una persona quiere un cachorro de menos de seis meses de vida, tendrá que ponerse en contacto con el criador directamente, para evitar la venta de estos animales a través de intermediarios o de comercios, ya que son los principales responsables de que los cachorros sean separados de las madres antes de tiempo con un fin único y exclusivamente comercial y sin ofrecer un buen trato a los cachorros (a pesar de su corto edad).

Los animalistas piden un esfuerzo más

Los grupos animalistas consideran que esta medida es insuficiente para acabar con la compra impulsiva de mascotas y, así, reducir el abandono, los malos tratos o la cría masificada, pero es un buen primer paso. Rutley ha destacado la labor de los defensores de los animales y su campaña "La ley de Lucy" a favor de los animales. Al menos, se garantiza un buen inicio de vida para las queridas mascotas de Reino Unido.