El papa Francisco I, durante una Audiencia General con los fieles –en el Aula Pablo VI del Vaticano- denunció que en la actualidad existe una tendencia que destruye al ser humano, como es el rendirle culto a las carreras profesionales, la belleza o el dinero. Según el pontífice, esto ha tenido como consecuencia la esclavización y la obsesión de la gente, alejándose del camino de Dios.
El sumo pontífice de la Iglesia católica, condenó la existencia del “supermercado de los ídolos”, compuesto por objetos, imágenes, roles en la sociedad e ideas; cuya adoración “quitan la vida” y conllevan a la soledad, perjudicando a quienes se obsesionan con estos.
Explicó que los ídolos son visiones que se convierten en una obsesión, creando falsas expectativas a los creyentes y ateos, quienes esperan obtener resultados casi imposibles. “Los ídolos exigen un culto, rituales y por ellos se postra y se sacrifica todo. En la antigüedad se ofrecían sacrificios humanos a los ídolos, pero también ahora: por la carrera se sacrifican hijos, descuídanosle o simplemente no creándosele”, dijo el papa Francisco.
Descuido de la familia
El máximo representante de la Iglesia católica criticó que dicha obsesión por los ídolos, es unas de las causas por las que las familias se separan y se descuiden a los hijos, colocando como ejemplo las horas que pasan las mujeres frente al espejo para maquillarse.
“No es malo maquillarse, pero normal, no para convertirse en una diosa”, indicó.
A su vez, destacó que la publicidad es otro de los ídolos, ya que promueve la posesión de objetos para “satisfacer” una necesidad, creando una dependencia poco saludable. Francisco I aseguró que dichos comportamientos son destructivos, ya que solo se persigue el beneficio propio y no del prójimo y que dirigen a la sociedad hacia la banalidad.
Francisco también denunció que los jóvenes persigan el dios de la droga. ¿Cuántos jóvenes se arruinan la salud adorando este ídolo de la droga?.
Acercarse más a Dios
El papa invitó a los feligreses a acercarse más a Dios a través del rezo, ya que este es el que “enseña a vivir en la realidad cada día "El Dios verdadero no pide la vida, sino que la dona.
El Dios verdadero no ofrece una proyección de nuestro éxito, sino que enseña a amar”; llevando al ser humano por el camino del amor, pero para ello, debe liberarse de los ídolos y ser más humildes. Además, exhortó a la sociedad actual a centrarse más en la familia, creciendo juntos a través del Evangelio de Dios.