La mayoría de los casos son de adultos o jóvenes entre 16 y 25 años, sin embargo hay de niños de los que no se supo nada en años.Hace 20 años la policía y la familia de Cristina Bergua quien al esfumarse tenía 16 años, espera una respuesta respecto a su paradero y los eventos que rodearon su desaparición.
El número ha ido creciendo y nombres resuenan junto con a la cifra hasta llegar a 2.749 niños y adolescentes de los que no se sabe nada desde años o meses atrás, como en el caso de Paco Molina un joven desaparecido en 2015.
El Estado felicita a la fundación ANAR
Hace ocho años fue fundada y hoy en día han atendido 189 llamadas y un 12% de estas fueron realizadas por los mismos niños desaparecidos, el 80% fueron adultos buscando apoyo. Los cuerpos de seguridad señalan que las familias pierden el rumbo cuando sucede algo así en sus hogares y se les hace realmente difícil tomar decisiones.
Los mismos afectados señalan que si al menos supieran que sus seres queridos han muerto podrían empezar a aceptar el hecho de que ya no estén, pero al desaparecer sin dejar rastro, tienen una sensación de angustia constante pensando en que tal vez esa persona siga viva en algún lugar y necesite ayuda. El apoyo psicológico en estos casos es un gran factor y los especialistas han señalado varias veces que es importante para estas personas el prestarles atención para que no sientan más angustia de la que ya cargan.
El porcentaje más alto de desaparecidos se debe a fugas
La directora de ANAR, Diana Díaz señala que el 79,9% de los casos se debía a fugas por acoso escolar, abuso o violencia de género. Algunas veces cuando los investigadores dan con el paradero de alguna persona con este perfil,se encuentran con que está bien y desean no dar a conocer su paradero a familiares, por lo tanto la policía se limita a avisar a las familias de la situación más no la ubicación.
El 0,7% de las llamadas fueron por casos de secuestros por parte de terceros, y el 6,5% de menores expulsados de sus hogares o que huyeron de casas temporales.
Han señalado que es más fácil hoy en día proceder en cuanto se da la alarma de algún desaparecido, ya que ahora tan pronto como pasa una hora o hasta quince minutos, los policías deben ponerse en movimiento y ya las familias no deben esperar que pasen entre 24 y 72 horas.
La capitana Alba Garrido, de la Policía Judicial de la Guardia Civil señala que la razón es obvia, ya que si se inicia la búsqueda de manera inmediata es más probable que la víctima siga cerca del lugar, mientras más pasen las horas hay menos probabilidades de saber que sucedió.