- Una de las primeras cosas que recuerdas de tu niñez es tu curiosidad por la gente. ¿Qué te preguntabas?
¿Por qué las personas entienden una cosa; quieren otra; dicen otra y terminan haciendo otra?; ¿por qué nos gusta lo que nos gusta?; ¿somos esa voz que tenemos dentro de la cabeza?; ¿cómo opera el poder?
- Has pasado años buscando responderte “En qué se parecen las personas a las que les va bien en la vida” ¿Has encontrado la respuesta?
Varias respuestas. Las 3 más importantes es que son: positivas realistas (no “adictos al positivismo”), generosas y saben decir “No”.
- ¿Qué implica para ti que las cosas vayan bien?
Que lo que sea que esté haciendo sea un reflejo (o una consecuencia) de lo que pienso y no al revés.
- ¿Existe la clave del éxito?
No hay una receta estándar pero estos ingredientes sí van: realismo; conocer la competencia sin compararse; dar más valor al tiempo que al dinero; tener buenas relaciones y no obsesionarse.
- Tu historia es la de alguien que por su carácter se graduó como abogado pero que por su pasión se convirtió en coach. ¿Qué cambió?
La clave fue cambiar desde el amor y no desde el hastío: entendí que aunque uno sea bueno en algo, no tiene que dedicarse a eso para siempre. Ahora vivo de lo que hacía por placer cuando procrastinaba.
- A veces, cuando caemos, cuesta mucho levantarse ¿Cómo afronta una coach estos momentos?
Tengo dos mantras; dos frases de poder que me repito no sólo cuando la vida me da palos sino casi a diario: “Recuerda porqué empezaste” y “Sólo los dispuestos a morir, vivirán”.
- Una de las mejores lecciones que te haya dado la vida
Dejar de creer que por “ser buena” merezco algo. La lógica de la vida no es transaccional, al estilo de “Un pan a cambio de un pan”.
- ¿Qué cambió en tu vida cuando empezaste a trabajar en esto?
Desde mi estado de ánimo (cuando sabes que hay gente que cuenta contigo, no te puedes dar el lujo de rendirte), pasando por mis hábitos (medito todas las mañanas), hasta mis relaciones con las demás personas: veo en cada ser humano un maestro.
- ¿Cómo definirías tú trabajo?
Enseño a la gente a pensar distinto. Si te haces mejores preguntas, tomarás mejores decisiones.
- Lo mejor para ti de tu profesión como coach
Tener el honor de ver florecer a miles de seres humanos.
- Nos podrías explicar el caso de alguna persona a la que hayas ayudado y te haya motivado a ser más fuerte.
Un empresario que estaba en bancarrota hizo coaching conmigo.
Al final me contó que ahorró varios meses para pagar su programa y me dijo que había sido la mejor inversión de su vida. Cuando estoy triste (¡un coach de felicidad también tiene días tristes!), pienso en lo mucho que él creyó en mí, sin conocerme más allá de las publicaciones de mi blog y siento fuerza en el corazón.
- Vivimos en un mundo en el cual al que persigue sueños imposibles se le tacha de necio ¿Qué dirías a quienes piensan así?
Hay que ser optimistas realistas. La diferencia entre alguien que es persistente y alguien que es obstinado consiste en que el primero cambia de plan cuando la meta deja de tener sentido. El obstinado, no. Distinguir es la clave.
- ¿Crees que todo es posible?
No y no basta con tener pensamientos positivos.
Por más actitud positiva, el día sólo tiene 24 horas. Sin embargo, las cosas que sí podemos conseguir son tan interesantes que no vale la pena desgastarse en metas que nos costarían sangre.
- ¿Un consejo para alcanzar nuestros sueños?
Trazarnos metas que sean ambiciosas y posibles y, sobre todo, debes amar tu proyecto para poder ser invencible a largo plazo
- ¿Algún sueño por cumplir?
¡Publicar mi primer libro sobre felicidad!
- A propósito de tu libro, ¿qué encontraremos en él?
Herramientas de supervivencia emocional para gente en edad productiva: cómo poder crear nuevas realidades. Esa es mi revolución: lograr la independencia emocional de las personas.
- ¿Cuál es el primer paso para empezar a ser felices?
La gratitud porque es un poderosísimo antídoto contra el miedo. ¿Eres capaz de sentir gratitud y pavor a la vez? ¡Yo no!