Los objetos materiales, son, sin duda alguna, los guardianes por excelencia de cualquier tipo de Misterio. Probablemente son muchas las veces a las que hemos acudido a una tienda de objetos de segunda mano, y hemos comprado una bicicleta, un casco de moto, un disco de DVD y un largo etcétera de objetos de los que no sabemos absolutamente nada de su pasado.
Puede que esa bicicleta fuera la causante de un atropello, o que ese casco de moto, estuviera cubriendo la cabeza de una persona muerta en un accidente de tráfico. No sabemos absolutamente nada, y en ocasiones, estos objetos están envueltos por algo que desconocemos, una energía, una fuerza que rara vez tenga un fin positivo para su nuevo dueño.
Cuando esto sucede, decimos que el objeto esta “maldito”. A día de hoy, puede que el objeto maldito más reconocido sea Annabelle, la famosa muñeca protagonista de dos películas de terror y actualmente custodiada en el The Warren’s Occult Museum. Y aunque como ya he dicho, esta sea la más famosa leyenda sobre “objetos malditos”, hay más, que aunque no hayan sido explotados por el gigante del cine, su historia, es de lo más escalofriante. Hoy, vamos a conocer la historia de una silla un tanto peculiar, esta es, la silla de Thomas Busby.
Thomas Busby era un personaje despreciable, un alcohólico cuya actitud le había traído como una compañía, su propia sombra. Aparte de ser adicto al alcohol y de tener tan detestable actitud, se dedicaba a engañar y estafar a la gente.
A pesar de todo ello, la vida le dio un golpe de no merecida “suerte”, cuando consiguió enamorar a una muchacha, esta, se llamaba Kirby Wiske, y a pesar de que su padre se oponía a la relación, al cabo del tiempo se celebró la boda.
Una noche, cuando Thomas regresaba de su tan amada taberna, al entrar en casa descubrió a su suegro, el cual, estaba sentado sobre su silla favorita, una vieja silla de roble con un alto respaldo.
Su suegro, le comunico que pretendía llevarse a su hija, al oír eso, Busby entro en cólera y lo lanzó a la calle.
Pasados unos días, Busby no se quitaba de la cabeza la idea de que su suegro iba a arrebatarle a su mujer, así que, en un alarde de locura se dirigió a su casa y lo asesino de una manera macabra y sanguinaria. Fue detenido por la policía y sentenciado a muerte.
Su última voluntad, fue beber una noche más en la taberna sentado en su silla favorita. Su deseo le fue concedido. Cuando ya fue la hora de dirigirse a la horca, Thomas Busby se levantó y exclamo “Que la muerte atrape a todo aquel que se atreva a sentarse sobre esta silla”, minutos después, todo el pueblo observaría su cuello roto en la plaza central.
A partir de ese momento, muchas desgracias han caído sobre aquellos que se han sentado sobre esta silla “maldita”, unos ejemplos son los siguientes:
- En 1967, un piloto de las fuerzas armadas de Inglaterra sufrió un accidente mortal en su avión, horas después de haber estado sentado en la silla de Thomas Busby.
- En otra fecha, otro piloto tuvo una muerte horrible con su coche minutos después de haber almorzado, sentado en la silla de Thomas Busby.
- Un obrero, murió después de realizar una apuesta sobre si sentarse o no en la silla de Thomas Busby. El obrero gano la apuesta, pero minutos después el techo de la obra en la que estaba trabajando, se desplomo.
Estos son los tres ejemplos de muertes relacionadas con la silla de Thomas Busby, son solo tres de las sesenta que se dice que hay.
Finalmente, la silla fue donada a un museo donde permanece en alto para que nadie, se atreva a sentarse.