Hacía meses que no se sabía absolutamente nada de la siempre espléndida Esther Cañadas. Sin embargo, nos ha sorprendido a todos con un embarazo inesperado y presentando ya a su primogénita hija, la pequeña Gala, ante los medios de comunicación. Dio a luz en la prestigiosa Clínica madrileña "Ruber", donde pudo ser fotografiada sola en reiteradas ocasiones por los medios de comunicación, en la puerta de dicho centro tras la salida con su hija en brazos, tras haberla parido. Sin embargo, algo misterioso hay entorno al bebé, puesto que no se sabe absolutamente nada sobre el padre.

Hace ya mucho que no se ve a Esther Cañadas con novio o con un simple ligue, porque los rumores van en aumento. El único amigo que se le conoce, y parece que simplemente es pura amistad, y con el que se le ha podido ver en algunas ocasiones es el conocido italiano Giussepe Cipriani, hombre casado y serio. Es por ello que no se puede hablar de una relación entre ellos, además de que la modelo ya confesó que tan solo eran buenos amigos. 
Esther Cañadas estuvo casada con Mark Vanderloo, con Sete Gibernau, pero tal y como acabaron se puede decir que es casi imposible que corresponda a ellos la paternidad de la pequeña. Sea como sea, con novio o sin novio, y con padre o sin padre para su hija Gala, es de esperar que no le falten candidatos que deseen ocupar el puesto para padre, toda vez que la belleza de la modelo sigue siendo todo un símbolo en España y parte de Europa. Sin embargo, como es habitual en este duro y compuesto mundo del modelaje, el caché de Cañadas ha ido bajando paulatinamente de forma asombrosa en estos últimos años. Para poner un ejemplo, en su época de mayor auge en la que todos los medios de comunicación hablaban de ella y todos la querían como su imagen para cualquier tipo de producto, en cada campaña publicitaria que protagonizaba la modelo, le pagaban algo más de 18 mil euros, mientras que en su último acto tan solo le pagaron 2 mil euros. Lamentablemente, es algo habitual en el mundo del modelaje.