Tras haber sido detenido en diciembre del año pasado, el bailarín Rafael Amargo ha dejado en claro en repetidas ocasiones que es inocente y ha defendido rotundamente que no es parte de una banda criminal ni estuvo envuelto en tráfico de estupefacientes. En esta misma línea, el artista resaltó que su casa no es un “mercadillo” y que, incluso, lo van a visitar personalidades poderosas como jueces, excomisarios, entre otros, y que establece una amistad con ellas.

En su casa han entrado traficantes, pero nunca ha permitido que vendan

En la última entrevista que brindó, Rafael Amargo tocó el tema de su detención a fines del año pasado y una vez más sostuvo, sin temblores, que es inocente.

Por otra parte, confesó que le fastidia mucho que lo juzguen y le tiren adjetivos a la ligera dependiendo de quiénes son las personas que entran en su casa.

Al respecto, Amargo dijo que tiene amistades de todo tipo, pero ratificó que en su casa nunca se ha traficado, así hayan entrado traficantes. Ejemplificó que, si una persona llega a su casa y resulta ser una prostituta, no quiere decir que esté yendo a trabajar a su vivienda; igualmente, sucede con los narcotraficantes que frecuentan su residencia, y agregó que en su casa jamás se ha vendido, "mercadillo no hay".

En contraste, también dijo que ha invitado a su casa a amistades muy distantes del mundo de las drogas. Entre dichos amigos, ha dado los nombres del juez Garzón, Fernando Grande-Marlaska, la fiscal Dolores Delgado y del ex comisario Villarejo.

En este sentido, también ha condenado una doble moral, pues “si van a tu casa traficantes, te tachan de traficante; pero, si van ministros, tú no eres de una familia bien. ¿Por qué? En mi casa también entran personas maravillosas”, expresó Rafael, quien decidió no responder cuando se le preguntó si iban ministros a visitarlo y se limitó a decir “corramos un tupido velo”.

Conocía a algunos de los policías que lo detuvieron

Con amistades tan diversas, el reconocido bailarín y figura de Televisión confesó en la entrevista que percibía una oscura maniobra en todo el asunto de su detención, pues manifestó que dos de los policías que estuvieron en la intervención frecuentaban bastante su casa.

Sin embargo, la gente solo quiere ver y hablar acerca de las visitas de los narcotraficantes, no de sus otras clases de amigos, explicaba Amargo.

Además de ello, dijo que estos dos operativos que frecuentaban su vivienda ‘agacharon la cabeza’ y, sin vacilar, cumplieron con su trabajo.

En la conversación, Rafael expresó que a él le gusta mucho hacer de anfitrión, por lo que suele invitar a muchas personas a su casa. Sin embargo, aquello no significa que conozca a todos los que asisten a su hogar, ya que muchos de sus invitados convocan a sus amigos, de manera que casi todos los que asisten a sus reuniones son desconocidos.