El pasado 'Sábado Deluxe' tuvo como invitado principal a Kiko Rivera, para hablar de esas nuevas infidelidades, al parecer solo a través de conversaciones más o menos insinuantes en su cuenta de Instagram, de la que al verse pillado había borrado todos los posts.

Kiko Rivera pasa de puntilla por las infidelidades

El hijo de Isabel Pantoja, se sentó aparentemente sereno y desde el minuto uno comenzó a tirar balones fuera, cogiéndose como a un clavo ardiendo al testimonio que por la tarde había dado Irene Rosales en ‘Viva la Vida’, en el sentido de que sabía que su marido había tonteado por WhatsApp, con una camarera de la discoteca de la que es socio, a finales del pasado año, en un momento en que ella debido a la enfermedad de su madre se había alejado un poco de él y llevada por la rabia al ver el roneo de Kiko y la camarera, le escribió un mensaje pidiéndole que se alejase de su marido, que ahora ha salido a la luz.

Como ya vimos en su participación en Gran Hermano Vip, Irene no duda en asumir el rol de mujer sumisa, incluso culpándose de la deslealtad de Kiko, por no estar ella pendiente al cien por cien de su relación. La sección dedicada al machismo de ‘Sálvame’ tiene un filón con esta pareja.

Kiko se culpaba y al mismo tiempo se hacía la víctima, volviendo a dejar patente su machismo al asegurar que fue la camarera la que se acercó a él y la que primero le escribió por WhatsApp. Todo un alarde de cinismo que creó gran rechazo en redes sociales.

Sigue teniendo dependencia psicológica de las drogas

El Dj siguió desviando la cuestión, evitando hablar de Techi y de Chabeli, con las que al parecer también ha tonteado por Instagram, en concreto este verano, incluso estando de vacaciones con su mujer y sus hijos en un lujoso hotel a pie de playa.

Su mantra era: ‘hay cosas que son verdad y otras que no lo son’ y seguía en esa tónica. Llegó la pregunta sobre su dependencia a las drogas y lo que para otra persona hubiese sido algo terriblemente incómodo, fue para él una especie de catarsis.

Ciertamente nadie se esperaba que Kiko dijese que seguía sintiendo dependencia de la droga, aunque no consumía, pero había recaído varias veces al comienzo de su rehabilitación.

La angustia que le crea esa dependencia psicológica, hace que no pueda estar solo ni un momento: ‘estoy jodido, tengo el demonio siempre en el hombro incitándome’. Eso le ha llevado a no poder hacer su trabajo de Dj en la noche para no caer en la tentación, ya que le ofrecen droga a todas horas.

Las consecuencias anímicas de su dependencia

Y llegó el punto álgido de su confesión, ya que como él mismo dijo: ‘ya puestos me abro del todo’. Kiko Rivera hacía alusión a sentirse destruido por no poder trabajar y no avanzar en su carrera musical, que sea Irene la que mantenga la casa es para él un orgullo y un dolor: ‘no tengo ganas ni de vestirme, no me gusto, todos los días son iguales para mí y lloro mucho’.

El Dj describía así su depresión a la que no sabía como hacer frente y que ni su madre sabía hasta ese momento. Isabel Pantoja llamaba en directo, para en lugar de hacerse cargo del sufrimiento de su hijo, abroncarlo, en un monólogo delirante diciéndole que no le iba permitir sentirse así, que muere mucha gente a causa de la pandemia y lo suyo no es importante porque nunca le va a faltar un plato de lentejas.

Kiko Rivera se enfrentó a ella por primera vez en público al decirle: ‘Necesito abrazos y besos, no que me digan que no debo sentirme así’. Pantoja reculó tras oír a María Patiño llamarla 'egoísta', diciendo que al día siguiente iba a su casa y que si se lo permitía se quedaba unos días, pero la reacción en redes sociales fue contundente afeando sus palabras, que mostraban poca comprensión hacia una persona que afirma sufrir una gran depresión, en este caso además, su hijo.