Toñi Moreno no lo está pasando bien, pues está aislada con su hija de dos meses de duración en una situación muy difícil. Además, ha visto como la crisis ha provocado que sus obligaciones laborales se vean aparcadas, y ha querido ser sincera con todos sus seguidores a través de MTMAD, donde no ha dudado en contar con todos los detalles cómo se siente y cuánto pesa después de iniciar una dieta muy estricta.
La andaluza está viviendo un momento muy complicado: está lejos de su familia, sin trabajo, a dieta...
La presentadora ha confesado que está desesperada ya que se pesa todas las mañanas y siempre pesa lo mismo: 70.07.
No ha adelgazado ni un solo gramo a pesar de todos los esfuerzos lo que hace que todo se vuelva desesperante. Lleva con el reto para adelgazar desde hace tres semanas y lo peor es que no haya perdido peso, es que ha ganado 500 gramos desde que inició el confinamiento. No tiene una explicación científica para lo que está viviendo, ya que hace todo lo que le mandan.
Por otro lado, todo el aislamiento está haciendo mella en su día a día y a pesar de cumplir todas las indicaciones a rajatabla. Además, su situación no es fácil ya que está encerrada en casa con su pequeña y no se harta de comer por culpa de la ansiedad pero si se toma su copita de vino por las noches. Aunque reconoce que comete errores, por ejemplo, el otro día se comió una pata de cordero enorme con patatas.
La presentadora no es la única persona que siente la necesidad de atracar la nevera todo el tiempo
Su nutricionista ha querido defender a la presentadora asegurando que el vino es bueno para hacer frente al Coronavirus ya que tiene resveratrol. Pero, no es bueno tomar alcohol si lo que quieres es perder peso porque lo que provoca es inflamar.
O sea, la presentadora de "Mujeres y hombres y viceversa" no estaría haciendo bien las cosas, quizás, por la ansiedad por estar lejos de su familia en medio de una pandemia y de una crisis sanitaria que ha golpeado a la ciudad de Madrid.
Igualmente, la periodista intenta hacer ejercicios todos los días para poder seguir con sus rutinas, a pesar de todo lo que está viviendo.
Por otro lado, su pequeña Lola con solo dos meses no le está dando facilidades ya que no es la primera vez que tiene que interrumpir sus clases por culpa de sus lloros. La presentadora entiende que todo el mundo está haciendo un gran esfuerzo por culpa de la cuarentena, pero ella está en un apartamento con su pequeña Lola y lejos de su familia. Tiene que relajarse mucho con el tema de la alimentación. Es todo muy complicado. Se quita el sombrero ante las madres que tienen que vivir todo esto con dos hijos. Además, aseguro que la casa parece que tienen que fumigarla.