Justo cuando está a punto de estrenarseSupervivientes 2020” se ha publicado la sentencia consecuencia de una pelea doméstica; la joven Rocío Flores, cuando era una adolescente, tuvo que sentarse ante un juez por las agresiones físicas a su madre, la colaboradora de televisión Rocío Carrasco. Dicha sentencia ha salido a la luz pocas horas antes de la gala de estreno de Supervivientes 2020.

“Vanitatis” ha publicado la sentencia

Casualmente, cuando está a punto de estrenarse el reality show por antonomasia, Supervivientes, en el que la joven Rocío Flores es el fichaje estrella, Vanitatis ha publicado a primera hora de la mañana la sentencia que significó el origen de la guerra entre madre e hija.

Esta noche arranca “Supervivientes 2020”, según Mediaset, la edición más extrema de todas las emitidas hasta el momento; y, Rocío Flores es una de las concursantes más importantes del casting.

Por el momento, Rocío Flores permanece, completamente, ajena a este tipo de informaciones; pero, seguro que no se toma bien que haya salido a la luz una sentencia que implicó el comienzo de una mediática guerra con su propia madre, la colaboradora Rocío Carrasco.

Los hechos denunciados ocurrieron cuando Rocío Flores tenía quince años

Los hechos tuvieron lugar el día 27 de julio del año 2012, cuando la joven Rocío, que tenía quince años, se enzarzó en una brutal pelea con su madre en la cocina del inmueble que compartían.

Rocío Flores se habría enzarzado en una pelea con su madre, durante la cual, la adolescente le habría propinado numerosos golpes a su progenitora, llegando a tirarla al suelo dónde siguió dándole patadas, según publica Vanitatis de acuerdo con la mencionada sentencia.

Entre los hechos que habrían quedado probados, la hija de la cantante Rocío Jurado habría sufrido policontusiones con esquimosis en la zona frontal derecha con edema en varias partes del cuerpo.

Rocío Carrasco habría vuelto al caer al suelo al intentar que su hija no saliera de casa, aunque Rocío Flores logró salir de la vivienda e introducirse en el vehículo que conducía el chófer de la vivienda. Muy nerviosa, la joven explicó al empleado que su madre estaba “tirada en el suelo” y le pidió que la llevase a un cuartel de la Guardia Civil próximo, pero el empleado se negó en todo momento, se indica en la citada revista.

Pero, ese mismo día, más tarde, el propio Antonio David Flores fue a buscar a su hija Rocío y la llevó al cuartel para que declarase contra su progenitora por un presunto delito de malos tratos en el ámbito familiar. Desde entonces, la relación entre madre e hija es completamente nula.