Los medios de comunicación ingleses se han encontrado con una noticia inesperada. Después de pasar las vacaciones de Navidad en Canadá, el príncipe Enrique de Inglaterra y su mujer, Meghan Markle, han decidido dar un paso atrás y dejar a un lado las obligaciones propias de su puesto. Los duques de Sussex han confirmado, a través de un comunicado de prensa, que se 'independizan' de la Familia Real británica. De esta manera, tendrán un rol mucho más secundario y vivirán entre Reino Unido y Estados Unidos.
Según han explicado, no han podido asumir "toda la presión de los medios" de comunicación y han tomado la decisión, con sus pros y sus contras, de abandonar casi por completo sus responsabilidades institucionales dentro del clan Windsor.
La pareja vivirá entre Norteamérica y Reino Unido a partir de ahora, en una nueva etapa en su relación con la Casa Real
A partir de este momento, la pareja trabajará para ser completamente independiente desde un punto de vista económico. Su objetivo es vivir entre Reino Unido, donde formarán parte de actos puntuales de la Casa Real, y Norteamérica, donde ellos y su hijo Archie se han sentido muy cómodos durante estas vacaciones.
El matrimonio admite que han vivido unos años complicados, ya que han tenido que hacer frente a debates a nivel interno que les han llevado a varios meses de reflexión. De momento, han decidido tomarse una especie de año de transición para ostentar un nuevo papel mucho más secundario dentro de la institución monárquica inglesa.
Eso sí, seguirán apoyando en todo lo necesario a la reina Isabel II.
Los primeros afectados por esta situación serán Guillermo y Kate, que tendrán más actividades en la agenda
Ahora tendrán que equilibrar su tiempo entre Norteamérica y Reino Unido, cumpliendo con algunos deberes que les encargará la Reina, su labor como patrones de distintas instituciones y la Commonwealth.
De esta manera, quieren criar a su hijo en el aprecio a las tradiciones monárquicas pero sin renunciar a ser una 'familia normal'. Entre sus próximos retos se incluye la creación de una nueva organización caritativa. Eso sí, Harry asegura que no renunciará en ningún momento a sus derechos dinásticos y que estará siempre disponible para los duques de Cambridge, el Príncipe de Gales y el resto de la Familia Real.
Tal y como explican en su cuenta oficial de Instagram, esta decisión venían sopesándola desde hacía meses, ya que se veían incapaces de aguantar la gran presión de los medios de comunicación de su país y necesitaban dar un cambio a sus vidas. Los primeros afectados por la ausencia de los Sussex serán el príncipe Guillermo y Kate Middleton, que tendrán que hacer frente a más obligaciones en su agenda. Muchos medios creen que, al final, Enrique terminará renunciando a sus derechos sucesorios.