Billie Eilish se coronó la noche del domingo como la artista más joven en ganar las cuatro categorías principales de los premios Grammy. En concreto, la cantante, de 18 años, se ha hecho con los galardones de álbum del año, grabación del año, canción del año y mejor nuevo artista, además de llevarse el premio por mejor álbum vocal pop. En total cinco premios —de las seis nominaciones que tenía— que han confirmado a la californiana como una de las mayores artistas de la actualidad.

“Solo hicimos un disco que nos gustaba, no teníamos la intención de ganar un Grammy”, ha admitido una sorprendida Eilish tras la gala.

Ya que si bien la joven lleva algunos años multiplicando su popularidad, nunca pensó que su primer disco, el proyecto que inició con su hermano y productor, Finneas O'Connell, tendría tanta repercusión. ”Estamos confundidos y agradecidos”, ha confesado O'Connell, tras recibir uno de los galardones.

Disco 100% familiar

El disco When We All Fall Asleep, Where Do We Go? es sin duda un álbum poco convencional. Compuesto en su totalidad por los dos hermanos y grabado en una de las habitaciones de su casa, este proyecto de 12 canciones toca temas como la depresión y los pensamientos suicidas. Dos temáticas con las que la artista siempre se ha mostrado abierta. “Solo comparto lo que creo que me gustaría escuchar.

Creo que la gente es muy ignorante sobre la salud mental y la edad. Muchos piensan que la gente joven no puede estar molesta por la vida y eso no es verdad”, ha señalado la artista en una entrevista con Billboard.

Síndrome de Tourette y depresión juvenil

Nacida el 18 de diciembre de 2001 en Los Ángeles, California, Billie Eilish Pirate Baird O'Connell siempre supo que su futuro estaba en la Música.

Tanto ella como su hermano fueron educados en casa, lo que les permitió tener más tiempo para desarrollar sus pasiones musicales. “Nuestros padres siempre escuchaban lo que queríamos y nunca nos forzaron a nada, así que crecimos en un ambiente que nos dejó creer que podíamos ser lo que quisiéramos”, ha explicado la artista.

Pero pese a tener una infancia calificada por ella misma como feliz, su síndrome de Tourette —el cual le provoca una serie de tics involuntarios— y algunas episodios de depresión clínica, la han llevado a pasar malos momentos en sus menos de dos décadas de vida. Una situación que se ha visto incrementada por su repentina fama. “Era tan infeliz el año pasado. (…) Era una tortura”, ha relatado la cantante a CBS, antes de resaltar que ha podido salir de esa situación gracias a terapia y al respaldo de su familia. “He estado saliendo de ese estado en los últimos meses. Es el sentimiento más liberador del mundo”, ha detallado.

Con un nuevo disco en proceso, una gira mundial que ya tiene las entradas agotadas en muchas ciudades y un documental de Apple Music a ser estrenado en pocos meses, Billie Eilish va sin duda dar de que hablar en el futuro próximo. Un gran hito para una joven que solía tocar ukelele en su habitación y ver los premios Grammy desde el salón de su casa.