De todos es sabido que el presentador Jorge Javier Vázquez pasó una temporada complicada por las constantes salidas nocturnas y, por supuesto, el alcohol tuvo una gran influencia en esa parte oscura del que él ha llegado a hablar en un libro. Por eso sus últimas reflexiones sobre una etapa de su vida marcada por las salidas y el desenfreno no han sorprendido a nadie.

El presentador ha sido tremendamente honesto con sus seguidores: en aquella época volvía a casa en soledad, completamente desamparado y totalmente borracho

Jorge Javier Vázquez ha querido hacer una reflexión sobre lo que significa una adicción al alcohol y como aquellos días de fiesta le trajeron muchos dolores de cabeza cuando saltó a la fama gracias al gran éxito de “Aquí hay tomate” que lo catapultó hasta ser el presentador estrella de Telecinco.

El presentador ha explicado que en su casa nadie bebía alcohol y él comenzó a consumir cuando salía por bares en los barrios de ambiente gay (por ejemplo, Chueca en Madrid).

El presentador explicó que le daba mucha ansiedad entrar en este tipo de locales y nada más entrar por el umbral, lo primero que hacía era dirigirse hasta la barra y pedir una copa bien cargada. Así era como era capaz de cargar ese nerviosismo provocado por estar rodeado de hombres homosexuales que eran igual que él.

El presentador ha realizado estas confesiones a través de su blog en la revista Lecturas, donde también ha explicado que después de la segunda o la tercera copa empezaba a sentir aburrimiento, porque el hombre que le gustaba pasaba de él o esa noche no era capaz de ligar con nadie.

Pero, lejos de tirar la toalla y retirarse a su casa, Jorge seguía bebiendo con la esperanza de que tuviera lugar alguna sorpresa en el último momento. Cuando salía de noche, él se caracterizaba por ser inasequible a eso que llaman “desaliento”.

Pero, la sorpresa no solía aparecer y se veía obligado a volver a casa solo y con sensación de desamparo, además de completamente borracho.

Pero, como siempre ha tenido un carácter muy optimista, durante el siguiente fin de semana volvía a beber, sin problemas.

Igualmente, el presentador tiene un recuerdo sobre las fiestas que se pegaba en el momento de “Aquí hay tomate” y recuerda que en aquellos años su única preocupación era el trabajo y empleaba el alcohol de la misma manera que podía utilizar un ansiolítico.

Soporta una gran adrenalina en los platós y los fines de semana aprovechaba para desmadrarse.

No niega que se lo pasó muy bien durante aquella época y recuerda aquellas cenas que acaban siendo desayunos

Pero, también, vivió malos momentos, como cuando fue fotografiado en estado de embriaguez o cuando la gente se hacía fotografías delante de él para reírse, como si fuera un animal. Hoy en día, siguen enviándole fotografías estando completamente borracho; pero, quién debería tener vergüenza es quién no tuvo empatía con una persona inconsciente o durmiendo.