Rafa Nadal está a punto de pasar por el altar y ha decidido celebrar su despedida de soltero acompañado de sus amigos en Palma de Mallorca. El tenista organizó un aperitivo con su grupo de invitados y, después, se dirigieron al Social Club Mallorca para poder pasarlo bien toda la noche.

El mejor tenista de la historia de España, Rafa Nadal, ha llevado a cabo su segunda despedida de soltero, después de haber realizado una fiesta en un yate, en el pasado mes de julio, con su círculo más cercano. En esta ocasión, el tenista ha querido celebrar una fiesta junto a todos sus amigos, a tan solo una semana de contraer matrimonio con su novia desde la adolescencia, Xisca Perelló.

La pareja compartió un almuerzo con sus amigos y, después, se fue a una discoteca en el paseo marítimo

La fiesta, según ha publicado “El Diario de Mallorca” se inició a las 11 de la mañana, con un grupo de entre 10 y 12 amigos del tenista mallorquín que disfrutaron de un aperitivo acompañados por el tenista.

Un poco más tarde, a las 18 horas, el grupo se dirigió hasta el Social Club Mallorca, una conocida discoteca ubicada en el Paseo Marítimo de Palma de Mallorca, donde el grupo pudo disfrutar de unas increíbles vistas al puerto de Palma. Allí, el tenista habría realizado una reserva en la zona VIP del local, y el grupo pasó allí buena parte de la tarde y de la noche.

El grupo pudo disfrutar de la pista de baile e, incluso, el tenista se hizo fotos con algunos clientes del local que no se podían creer que habían coincidido con el tenista en un día tan importante para él.

Rafa Nadal y Xisca Perelló se casarán tras una relación que comenzó en la adolescencia

La pareja formada por Rafa Nadal y su novia desde la adolescencia, Xisca Perelló, se convertirán en marido y mujer el 19 de octubre en la localidad mallorquina de Sa Fortalesa, una magnífica mansión que fue construida sobre unas históricas ruinas de una fortaleza que fue edificada por el propio rey Carlos II en el año 1628.

La pareja contraerá matrimonio después de 14 años de noviazgo, en una ceremonia que será religiosa a pesar de las polémicas y completamente acorazada para evitar fotografías por parte de los paparazzis. Los novios han impuesto el voto de silencio entre sus invitados y entre los trabajadores de la boda. Por ejemplo, los teléfonos móviles estarán completamente prohibidos y todos y cada uno de los proveedores han tenido que firmar un contrato de total confidencialidad.

La pareja se casa en “Sa Fortalesa”, una magnífica construcción del siglo XVII ubicada en la maravillosa península de la P. Avançada de Pollença. Se espera que el rey emérito llegue hasta allí por aire gracias al helipuerto con el que cuenta dicha fortaleza, si finalmente se confirma su asistencia.