Ana Obregón ha decidido afrontar la racaída de su hijo Álex Lequio con mucho optimismo y lo demuestra en las entrevistas que realiza. El joven, que es propietario de una empresa de marketing, tuvo que cancelar su presencia en un evento organizado por la misma, por orden médica después de recaer del Cáncer contra el que está luchando desde hace un año.

Ana Obregón ha tenido un papel muy importante en la recuperación de su hijo

La familia se ha mostrado, a lo largo de estas semanas, que estaban muy contentos, ya que los resultados médicos mostraban que Álex estaba superando la enfermedad.

El joven se mostraba muy esperanzado y con energía renovadas, volviendo al trabajo con mucha confianza. Pero el joven ha recibido una mala noticia en la última revisión: ha sufrido una recaída. Tanto él como su madre han decidido hacer frente a la enfermedad con la misma fuerza y el mismo optimismo de siempre. Ana Obregón siempre ha estado al lado de su hijo, y todavía más cuando al joven le diagnosticaron la enfermedad. Y, ahora, la presentadora solo puede expresar palabras llenas de optimismo hacia el que es el “campeón de su vida”.

Y, ella ha sido la persona elegida para sustituir a su hijo al frente de este evento. En este caso, organizado por la agencia del joven en la ciudad de Sevilla.

El joven no ha podido asistir al evento por prescripción médica y el joven ha reconocido, en las redes sociales, que el optimismo y la fuerza le han traicionado, y no debería haber cerrado el evento tan pronto.

La presentadora dedica unas bonitas palabras a su hijo Álex Lequio

Pero, a pesar de esta recaído, la presentadora y su hijo se muestran con la misma fuerza de siempre: para la presentadora, el joven es su campeón y "en la vida hay muchos tipos de campeones, uno de ellos, lo que son capaces de hacer frente a una enfermedad grave en varias ocasiones, los que deben pasar una etapa de su vida postrados en una cama, en una silla de ruedas o en un hospital".

Y, a pesar de que no tengan tantos likes o tanto reconocimiento social, "son tan héroes como los demás". Y, su hijo, es uno de esos héroes por lo que tiene "toda su admiración y es su mayor ejemplo".

Para Ana, la enfermedad de su hijo es uno de los momentos más duros que ha tenido que sufrir en su vida, pero le está dando un ejemplo de optimismo a su hijo, además de recibir una gran cantidad de lecciones sobre la vida y le da muchas fuerzas cuando hay momentos de flaqueza.

La vida del joven ha cambiado completamente desde que le detectaron la enfermedad. Pasó de ser un ejecutivo educado en una universidad de Estados Unidos, viviendo en un barrio acomodado de Madrid junto a su entonces novia, a ser una persona pendiente de un tratamiento.