El matrimonio de los Duques de Sussex, Meghan y Harry, han recibido una llamada de atención de la propia Casa Real británica por sus vacaciones privadas: la pareja estaría disfrutando de unas vacaciones de auténtico lujo; primero, en la isla de Ibiza y, ahora, por la Costa Azul francesa.

Los medios británicos publicaban, hace unos pocos días, información sobre las vacaciones privadas que estaban disfrutando los Duques de Sussex en la isla de Ibiza y provocaron la indignación de los ciudadanos: unas verdaderas vacaciones de lujo en una de las islas de moda durante el verano.

La pareja se ha desplazado en jet privado alquilado por días, cuando venden la imagen de ser ecologistas

Cuando aún seguía la polémica en los medios, la pareja tomaba la decisión de irse a Niza de escapada (habrían llegado a la ciudad francesa el pasado miércoles), después de hacer un viaje muy breve a la ciudad de Londres.

La razón de las duras críticas hacia la pareja ha sido por la forma de actuar: han utilizado un jet privado para llegar a la Costa Azul de la misma compañía, NetJets, con la que viajaron a Ibiza. La mencionada compañía es conocida como “El Uber de los millonarios”. Pero, a diferencia de lo que sucedió en Ibiza, la pareja fue captada durante su llegada al aeropuerto de Niza, por lo que su presencia en la Costa Azul se conoció desde el minuto uno.

En las imágenes publicadas por el medio, The Sun, se puede ver a la pareja bajando del jet. Incluso se ve perfectamente al pequeño Archie en brazos de su propia madre, que parece intentar proteger al pequeño con un paraguas .

Solo el coste de los vuelos habría sido de unos 20.000 euros y el alquiler de las villas, 120.000 euros

Además, ambos bajan la cabeza en todo momento, como si quisieran evitar ser reconocidos por los presentes. No se sabe si para proteger su privacidad o para evitar las críticas. El vuelo a la ciudad francesa de Niza era el tercer viaje contratado con la compañía de jet privados en menos de una semana.

Las críticas no solo proceden por el coste de este servicio, también, por la imagen de ecologistas que vende la pareja, cuando el avión es el medio más contaminante y su estilo de vida no tiene nada que ver con la ecología (hay que recordar que la mayor parte de las causas sociales en las que colabora el propio Harry se centran en la lucha contra la pobreza). Por todo ello, los medios de su país los definen como una pareja de hipócritas.

Cada vuelo les habría costado 20.000 euros y el alquiler en las villas más exclusivas de Ibiza y de Niza habría elevado la factura hasta los 120.000 euros. Por no hablar del gran equipo de seguridad que acompaña a la pareja en sus desplazamientos y que hay que mantener.