Chelo García-Cortés se reencontró con sus compañeros de “Sálvame” en una tarde dura para todos. Kiko, que siempre ha sido muy crítico con la periodista, lo tiene claro: su actitud pelotillera con Isabel Pantoja le jorobó completamente el concurso donde si tenía posibilidades de ganar.

Chelo ha contestado a todas las acusaciones de haber pecado de ser la criada de la tonadillera. La periodista asegura que no fue, en ningún caso, servil con la que fue su amiga, solo la cuidó como hubiera hecho con cualquier persona que está mal de salud.

La tarde en el programa fue muy tensa, incluso para Paz Padilla

Sin duda, el regreso de Chelo García-Cortés a su casa no pudo empezar con peor pie, ni con un nivel menor de crispación. La gallega tuvo que elegir entre tres puertas cerradas donde le esperaban sus compañeros más críticos con su actitud durante las últimas semanas: María Patiño, Mila Ximénez y Kiko Hernández. La suerte ha querido que Chelo eligiera la puerta con el número dos y fuera Kiko el compañero seleccionado.

Kiko llegó al plató en una actitud muy seria y con el objetivo de reafirmar todo lo que había dicho sobre su compañera durante su aventura en Supervivientes 2019”.

Kiko quiso darle dos besos por educación a Chelo, pero esta se mostró bastante fría y en contra de este gesto.

Sin duda, el reencuentro después de tres meses no era el más cariñoso del mundo. Finalmente y gracias a la actuación de Paz Padilla como presentadora, ambos se dieron un beso y Kiko le recordó a Chelo que la periodista no tenía palabra después de todo lo que había sucedido a lo largo de estas semanas.

Kiko acusó a Chelo de ser demasiado servicial con Pantoja

Tras esto, el programa emitió un vídeo con todas las críticas realizadas por el propio Kiko Hernández durante el tiempo que la periodista estuvo en la isla y durante las dos semanas posteriores. Ante la sorpresa de todos, Chelo aceptó todas y cada una de las críticas, aunque aseguró estar contenta con su labor durante las diez semanas de aventura en la isla.

Y, la mejor parte fue cuando se fue a vivir al Palafito, alejada de sus compañeros.

Kiko empezó con un tema complicado: el servilismo que la periodista ofreció a Isabel Pantoja, un trato que fue muy negativo para los compañeros de Sálvame que “alucinaban” con el comportamiento de Chelo tras años de enemistad con la tonadillera.

Chelo admitió que ayudó a la tonadillera a ponerse las zapatillas, ya que tenía las rodillas destrozadas y le ayudó en momentos complicados como hizo la tonadillera con ella. Nunca hizo el papel de mayordomo de nadie, ni sintió que la tratasen así. Aceptó que la relación con Isabel Pantoja iba a ser el centro de las críticas y lo asume.

Eso sí, su compañero se lo reconoció, esa actitud había jorobado el fantástico concurso que estaba haciendo Chelo y le parecía que había sido una pena.