El nuevo programa de Samanta Villar, "La vida con Samanta", que se emite en Cuatro, busca abrir la puerta de la casa de la periodista a personas que han decidido vivir su vida de una manera peculiar o de una manera diferente.

El primer programa emitido en este año 2019 ha recibido el título de "La fórmula del amor" y Samanta se había marcado el objetivo de entrar en las vidas de personas que han roto todo tipo de barreras para vivir su amor. Por ejemplo, una pareja que vive el placer vestidos con pañales y comportándose como si fueran un bebé.

El ABDL está ganando adeptos alrededor del mundo

Para ello, el equipo del programa se desplazó hasta Aguascalientes, en México, para conocer a David y Mariana, una pareja que lleva una relación de pareja bastante poco convencional. Ambos comparten su pasión por una extraña practica: el ABDL (las siglas de Bebé Adulto Amante del Pañal). Esta forma de vivir la intimidad cada vez tiene más seguidores en todo el mundo, aunque cueste encontrar el amor vestido con un pañal.

Para ellos su relación se caracteriza por ser un amor sincero, puro, sin tapujos y que cada uno cumple con un papel para hacer feliz al otro. No piensan en las críticas del resto de las personas, solo quieren hacer feliz a la otra persona, sin más.

Es el único objetivo que tienen.

En el ABDL se emplean pañales, chupetes... el adulto debe comportarse como un bebé

Pero, ¿qué es el ABDL? En ciertos momentos de su convivencia, Mariana tiene la necesidad de sentirse como una niña y él debe cuidarla como si fuera un bebé, incluso, cambiándole el pañal, el chupón (que es como se conoce en México al chupete)...

La joven explica que, en esos momentos, que ella llama "regresiones", tiene la sensación de ser una niña de entre dos y cinco años; pero, es justo en ese momento cuando se siente verdaderamente ella misma, se siente libre.

Sin duda, es polémico ya que no es natural ver una persona comportarse como un bebé y sentir placer con ello.

Antiguamente, a esta parafilia sexual se le conocía como "Bebés adultos" y el placer sexual venía por ese cambio de roles: uno de los miembros de la pareja se comportaba como un bebé y, el otro, como si fuera su cuidador. Muchos de los seguidores de esta forma de vida estarían encantados de salir así a la calle y poder disfrutar de sus "regresiones" durante más tiempo. Pero, sería surrealista ver a una persona adulta comportándose de esa manera. Sin duda, una manera de ver el amor, diferente.